El otro / The other
Amatista estaba nuevamente embarazada! Y aunque ya habían 4 hijos en casa, se decía a si misma: No hay quinto malo. Así decía siempre su abuelita, y la verdad es que a ella la fortuna le llegaba de distintas maneras.
Josué, su esposo, también estaba contento con la noticia. Siendo él único hijo, el poder tener una familia numerosa siempre había sido su sueño. Ahora la vida lo estaba premiando con hijos que vería jugar y pelearse entre si, y también con él, pudiendo quemar una etapa de su vida, aunque fuera a destiempo.
Sin embargo, entre ambos acordaron que este sería el último embarazo, pues aunque sus finanzas eran buenas, no querían exponerse a la posibilidad de luego estar en aprietos y no poder cumplir con los chicos.
En los chequeos médicos los resultados siempre eran positivos, solo que al quinto mes, una noticia cambió radicalmente todo el panorama.
Al momento de hacer la ecografía, hasta el doctor se sorprendió con lo que vio. Un segundo corazón aparecía latiendo al mismo compás del bebé al que siempre le habían hecho seguimiento, y al revisar un poco más, vieron a otra figurilla justo detrás. Eran gemelos!
La alegría en casa se duplicó. Los chicos se imaginaban que fueran niño y niña, y así tener un bebé de cada género para jugar, aunque desde un principio todos querían que fuera niña.
El bebé inicial era varón, y ya tenía nombre: Agustín, como su abuelo. El nuevo bebé no se dejó ver en esta oportunidad, pero todos tenían la fe puesta que sería una nena, por lo que empezaron a buscarle nombre.
Una lista larga de posibles nombrecitos era llenada por sus hermanos cada noche, luego de la cena, en una tarea que los entretenía un rato, hasta que empezaban las discusiones y eran enviados a la cama.
Conforme pasó el tiempo, Amatista cada vez tenía menos movilidad. Nunca se imaginó que su panza crecería de esa manera, pues solo tenía la referencia de sus embarazos previos. Su hija mayor era su apoyo para muchas cosas de casa. Aunque apenas tenía 10 años, se preocupaba mucho por su madre, asumiendo a veces ese rol ante sus hermanos, quienes se resistían, hasta que mamá daba la última palabra.
Faltaban apenas unas 2 semanas para la fecha estipulada de la cesarea, cuando Amatista presentó un cuadro febril. Los chicos estaban engripados y ella pensó que quizás la habían contagiado.
Llamó a su médico, quien alarmado le pidió ir directo a la consulta al día siguiente. Eso la hizo entrar en un estado de alarma, aunque en realidad ella no sentía ningún malestar salvo el cansancio por caminar con tanto peso.
A primera hora estuvieron en la clínica, estaban un tanto trasnochados pensando en qué podría estar pasando para que el médico los hiciera venir con tanta premura, así que dejaron a los chicos en el colegio y se fueron de inmediato a ver al doctor.
De entrada no dijo nada, aunque tenía sus sospechas. Le pidió recostarse en el diván para realizar un eco y monitorear la actividad fetal.
Esculcó con el scaner del ecógrafo y luego con el estetoscopio, pero solo se escuchaba un corazón. Luego llamó a un colega, para corroborar su teoría, mientras Amatista era un mar de nervios y su esposo igualmente. Hacían preguntas que nadie respondía, hasta que el médico les dijo: tenemos que proceder de emergencia...
Se habían ido sin la famosa maleta que hacen las mujeres embarazadas, en la que colocan todo aquello que consideran será necesario en la clínica para luego del parto. Pero no hubo tiempo, ella debía ingresar en el quirófano de manera inmediata.
Su esposo llamó a una amiga para que pasara retirando a los niños luego de la jornada escolar, así como también a la maestra y la directora del colegio para dar su consentimiento.
El tiempo pasaba lento. A veces al ver el reloj de pared, tenía la impresión de que iba hacia atrás y no avanzaba. Estaba solo en el pasillo de espera justo frente a la zona de quirófanos, pero nadie salía, solo iban entrando enfermeras y médicos que parecían perderse en ese lugar.
Un par de horas después, salió su obstetra, quien se sentó a su lado. Ese gesto ya hizo que un escalofrío invadiera toda su columna vertebral. No hizo preguntas, esperó las respuestas paralizado de temor.
-Su esposa está bien... va a estar bien - Empezó diciendo.
-Cómo que va a estar bien? Está o no está! Dijo Josué.
-Ella estará bien, estamos esperando que despierte de la anestesia para pasarla a la habitación. Siguió el médico, midiendo sus palabras.
-Y los bebés? preguntó con angustia.
-El segundo bebé era una niña, no sé si le tenían ya nombre.
En la cabeza de Josué lo que resonó con un eco que lo aturdió, no era el género, sino el tiempo verbal: era...
-En la consulta, solo escuché un corazón, y mis colegas también. Esto, aunado al cuadro febril, me hizo pensar que algo estaba pasando, y efectivamente así fue. El bebé dos falleció en el vientre mucho antes de llegar a la clínica. Puede que un par de días antes de su llamada y por eso era la fiebre.
-Y Agustín? preguntó Josué con voz entrecortada.
-Le explico. Este embarazo era monoamniótico, es decir, los bebés estaban en la misma bolsa amniótica...
-Doctor, dijo Josué, no estoy para explicaciones técnicas ahora, dígame cómo está Agustín!
-Necesito que se calme, pues su esposa va a necesitar mucho de usted luego de salir de la sala de recuperación.
La angustia se apoderaba del rostro de Josué, que se iba desfigurando mientras iba escuchando la explicación del doctor.
-El bebé uno, al que usted llama Agustiín, estuvo expuesto a los residuos de su hermano que se había empezado a descomponer, y aunque nació con vida, ya estaba muy contaminado y falleció hace una hora.
Amethyst was pregnant again! And even though there were already 4 children at home, she told herself: There is no bad fifth. That's what her grandmother always said, and the truth is that fortune came to her in different ways.
Joshua, her husband, was also happy with the news. Being the only son, it had always been his dream to have a large family. Now life was rewarding him with children who would play and fight with each other, and also with him, being able to burn a stage of his life, even if it was at the wrong time.
However, they both agreed that this would be the last pregnancy, because although their finances were good, they did not want to expose themselves to the possibility of being in trouble and not being able to provide for the children.
In the medical check-ups, the results were always positive, but in the fifth month, the news radically changed the whole picture.
At the time of the ultrasound, even the doctor was surprised by what he saw. A second heart appeared beating at the same rhythm as the baby they had always followed, and when they checked a little more, they saw another little figure right behind it. It was twins!
The joy at home doubled. The kids imagined them to be a boy and a girl, so they would have a baby of each gender to play with, although from the beginning they all wanted it to be a girl.
The initial baby was a boy, and already had a name: Agustín, like his grandfather. The new baby was not seen this time, but everyone had faith that it would be a girl, so they started looking for a name for her.
A long list of possible names was filled out by her siblings every night after dinner, a task that entertained them for a while, until the arguments started and they were sent to bed.
As time went by, Amethyst became less and less mobile. She never imagined that her belly would grow like that, as she only had the reference of her previous pregnancies. Her eldest daughter was her support for many things around the house. Although she was barely 10 years old, she cared a lot for her mother, sometimes assuming that role in front of her siblings, who resisted, until mom gave the last word.
It was only about 2 weeks before the stipulated date of the cesarean section, when Amethyst presented a fever. The children had the flu and she thought she might have been infected.
She called her doctor, who, alarmed, asked her to come straight to the office the next day. That sent her into a state of alarm, although she didn't really feel any discomfort except fatigue from walking with so much weight.
First thing in the morning they were at the clinic, they were a little late at night thinking about what could be happening to make the doctor come in such a hurry, so they left the kids at school and went immediately to see the doctor.
He didn't say anything at first, although he had his suspicions. He asked her to lie down on the couch to perform an echo and monitor fetal activity.
He scanned with the ultrasound scanner and then with the stethoscope, but only a heart could be heard. She then called a colleague to corroborate her theory, while Amethyst was a nervous wreck and her husband was equally nervous. They asked questions that nobody answered, until the doctor told them: we have to proceed with the emergency....
They had left without the famous suitcase that pregnant women pack, in which they put everything they think they will need at the clinic after the birth. But there was no time, she had to go into the operating room immediately.
Her husband called a friend to pick up the children after school, as well as the teacher and the school principal to give their consent.
Time passed slowly. Sometimes when I looked at the wall clock, I had the impression that it was going backwards and not moving forward. He was alone in the waiting corridor just in front of the operating room area, but no one was coming out, only nurses and doctors were coming in and seemed to get lost in that place.
A couple of hours later, his obstetrician came out and sat down next to him. That gesture already sent a shiver down her spine. He didn't ask any questions, he waited for the answers, paralyzed with fear.
-Your wife is fine... She's going to be fine - He started saying.
-What do you mean, she's going to be fine? She is or she isn't! Joshua said.
-She will be fine, we are waiting for her to wake up from the anesthesia to move her to the room. The doctor continued, measuring his words.
-And the babies? he asked anxiously.
-The second baby was a girl, I don't know if they had a name for her yet.
In Joshua's head, what echoed in a dazed echo was not the gender, but the verb tense: it was...
-In the consultation room, I only heard a heart, and so did my colleagues. This, together with the fever, made me think that something was going on, and indeed it was. Baby two died in the womb long before arriving at the clinic. Maybe a couple of days before her call and that's why the fever.
-And Agustín? asked Josué in a cracked voice.
-I explained. This pregnancy was monoamniotic, that is, the babies were in the same amniotic sac?
-Doctor, said Josué, I'm not in the mood for technical explanations right now, tell me how Agustín is doing!
-I need you to calm down, because your wife is going to need a lot from you after leaving the recovery room.
Anguish was taking over Josué's face, which was becoming disfigured as he listened to the doctor's explanation.
-Baby one, whom you call Agustiín, was exposed to the residues of his brother who had begun to decompose, and although he was born alive, he was already very contaminated and died an hour ago.
Foto/Photo by: Peter Forster, Kelly Sikkema and Matthew Osborn (all from Unsplash)
Edición/Edited by @mamaemigrante using canva
Translated and formatted with Hive Translator by @noakmilo.
Ya la tensión de la narración denotaba que les cosas no terminarían bien. Lamentablemente he sido testigo de esas historias 😞 en los hospitales hay mucho dolor.
La historia original fue mucho más cruel. Eran los primeros hijos de un amigo, y por complicaciones a ella le tuvieron que hacer histerectomía.
Así que el sueño de ser padres también murió ese día
💔💔💔
Dios mio que historia y tan verdadera, casos dia dia en los hospitales de venezuela. Que dolor para esa familia
Hay que triste historia me sentí muy triste con el final. Esto son historias por las que han pasado Muchas familias y es muy triste 😞
Realmente si, es super triste ver como esa ilusión se desvanece en segundos.
Gracias por pasarte
Yay! 🤗
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Una historia muy triste, dos vidas que apenas empezaban a la vida terminaron su andar antes de lo previsto.
Thanks for sharing.
Good day.
Bueno, me hiciste llorar...no solo por los bebes sino por la.madre cuando despierte y se entere de todo...siempre tan tristes y crueles tus relatos. Excelente.
Para momentos felices, que vean mi blog los demás días de la semana... muhahahahaha