Escuchar música puede ser algo trascendental
Oír música en vivo puede transportarnos, sin necesidad incluso de movernos del sitio en el que estamos. Es una conexión con lo espiritual, lo ancestral, es recordarnos que estamos vivos a través del sonido.
Puede transmitir una gran cantidad de emociones y despertar en nosotros recuerdos que ni siquiera sabemos en que momento los vivimos. Incluso el simple sonido del agua al caer nos conecta con lo natural, de lo que también formamos parte.
Es por eso que un niño incluso antes de nacer ya puede disfrutar de la música y deleitarse con ella, estar en su frecuencia y responder de manera natural a lo que esta le transmite. Somos carne y hueso, es lo que se ve, pero en realidad lo que no se ve es mucho más trascendental.
Este es un corto ejercicio literario realizado a partir de la imagen principal.
