[ESP] Su rostro empezaba a revelarse y

Algunos, como yo, mientras los demás duermen, aprovechamos para acosar y apoderarnos de la poca paz que se adquiere con el precioso silencio.

Era una de esas noches molestas, en las que suelo levantarme de la cama y abrir la puerta trasera para inhalar un poco de aire fresco, además de pasear por la casa y sentarme en el banco junto al garaje. Entonces la vi por casualidad, en realidad, en cuanto noté aquella presencia quise volver corriendo inmediatamente a mi habitación, pero supuse que sería necesario descubrir la identidad de aquella silueta vaga y extraña que invadía mi hogar, cálmate me dije a mí misma.

La atmósfera ya era bastante pesada, no sé por qué, pero una melodía lúgubre acompañaba el sonido de mis pasos y mi piel no dejaba de erizarse, De pronto, mi corazón se detuvo por un milisegundo al ver la figura agazapada, en ese momento imaginé que si me acercaba solo un poco podría revelarse un rostro monstruoso o sus huesos sin ningún problema; sin embargo, mantuve mi distancia y me oculte detrás de un árbol de frutas.A si que respiré profundo y me sacudí el miedo, debido a la distancia y a la poca luz que había, tardé un poco en comprender que se trataba de una mujer que descansaba en la bruma, lo impresionante es que una fuerza inexplicable me atraía hacia ella y conforme pasaba el tiempo comencé a experimentar cada una de sus emociones. Sí, estaba asustada, incluso escuchaba lo que pasaba por su cabeza y sus frágiles gemidos eran afilados cuchillos que entraban por mis oídos, provocando escalofríos en mi cuerpo, a pesar de todo mantuve la calma, todo para entender por qué estaba conectada con esa mujer e investigar qué demonios hacía en el patio de mi casa.

Aquella misteriosa mujer sentía frío, sentía la brisa golpear con fuerza su espalda y mover los pocos cabellos que tocaban su nuca; sin embargo, permanecía allí como una estatua sin vida, como un espectro, esperando ser descubierto o desaparecer de una vez por todas, como si ya no le importara el paso del tiempo. Sus pensamientos eran tristes, turbios, la idea de reencarnar en un insecto, un ave o una mariposa, encendía una chispa de alegría en su pecho, el simple hecho de poseer unas alas capaces de soportar todo el peso de la carga que llevaba le devolvía la esperanza, creo.

Entonces dejé de esconderme con la intención de acercarme y hablar con ella, pero me contuve al notar que extrañamente del cielo descendía una fina niebla púrpura que al tocar su cabeza rodeaba todo su cuerpo y desaparecía al llegar a sus pies. También sujetaba dos objetos que le hacían sangrar las palmas de las manos por la fuerza que aplicaba, pero estaba tranquila, bloqueada de la realidad que tanto le afectaba, soportaba cada día oculta en sus pensamientos, escondida en cortas palabras, párrafos o frases desordenadas que escribía con rabia en un pequeño cuaderno que a nadie le mostraba.

De repente, en ese preciso momento en que su rostro empezaba a revelarse, apareció detrás de mí, otra figura, un hombre obeso de pelo desaliñado, que nos apuntó con su linterna y la intensa luz me cegó.

¿Qué haces ahí sentada en el suelo? —preguntó la voz ronca.

—¿Qué?... No lo entiendo, ¿dónde está la mujer que estaba aquí hace unos segundos?,

—¿Qué mujer?, aquí solo estás tú, ya veo, caminas dormida sobrina, venga, vamos a descansar, recoge el cuaderno y la pluma, pronto amanecerá.

—Pero…

—Pero nada, es peligroso estar fuera de la casa a estas horas.

Respiro profundamente, no lo entiendo, tal vez quiera volar sobre los perfumados árboles de flores, rozar las hojas y sentir que mis pulmones se llenan de paz eterna, quizá deseo dormir de verdad.