Relato: Una esposa distante

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Suzanne

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Fuente de la imagen: Pexels

París, Francia, 1878.

"Mañana habrá un baile en casa de los Breton", comentó de repente Marius Ebrard a su esposa Suzanne, mientras se llevaba un bocado de pescado a la boca.

Suzanne, quien se encontraba sentada en la otra punta de la mesa, se limitó a asentir con la cabeza, replicando con indiferencia: "Lo sé. Jeanne me entregó la invitación hace un par de días. Dado que estabas muy ocupado, no te lo había dicho".

Marius no dijo nada. En efecto, los últimos días han sido bastante ocupados, entre hacerse cargo de asuntos profesionales y visitar a algunos socios. Suzanne, dando por sentado que quizás su marido no asistiría, le anunció que iría con su hermana Nancy y su esposo Jean Phillip a la celebración, de modo que no tenía de qué preocuparse por que fuera sola. Pero Marius le dijo que él asistiría; tenía tiempo que no acudía a ninguna reunión social, por lo que la fiesta de los Breton le parecía una excelente oportunidad para distraerse.

Suzanne sonrió quedamente y le dijo que le alegraba escuchar que al fin su esposo se decidiera a descansar.

Sin embargo, en su fuero interno Suzanne rezaba con que el hombre se decidiera a no asistir. Si él acudía a la fiesta, todos sus planes de fuga quedarían frustrados y se le escaparía la única oportunidad de ser feliz.

Mientras ella se entregaba a sus pensamiento en medio de la cena, Marius miraba a su esposa con detenimiento.

Desde hace meses notó un gran cambio en ella. Se tornó más reservada, fría e indolente; parecía que le daba igual si su marido regresaba con bien o no, e incluso se comportaba distante con su familia. En la intimidad era donde ella era más distante; era como si pensara en cosas bonitas mientras él la penetraba, porque ni siquiera emitía un solo gemido.

La madre de Marius sentenció que Suzanne veía a otro hombre, aunque no había forma de comprobarlo porque ella se encontraba todo el día en la casa. Incluso envió a un detective a que hiciera averiguaciones; no se encontró nada, ni siquiera una pista que concluyera infidelidad.

¿Qué sucedía entonces?, ¿por qué aquél cambio drástico en una mujer por demás tímida?

"Suzanne", murmuró.

La aludida, quien se encontraba sentada en el tocador cepillándose el cabello, lo miró de reojo y le preguntó qué sucedía. Sin titubear, Marius le preguntó: "¿Te sucede algo?"

"¿A qué te refieres?", inquirió Suzanne con extrañeza.

"En estos últimos meses te noto... cambiada".

"¿Cambiada? ¿En qué sentido?"

"No sé... Te noto muy distante".

"Llevar una casa te consume tiempo y esfuerzo. Quizás sea por eso".

"Suzanne..."

"Marius, estoy cansada", le cortó la mujer. "He tenido un día largo, y escuchar una última queja es lo que menos quiero en estos momentos".

Marius no dijo nada. Suzanne, levantándose del tocador, apagó la lámpara y se dirigió hacia la cama para acostarse. Le deseó a Marius las buenas noches y cerró los ojos, queriendo entregarse al mundo de los sueños y olvidarse de la realidad.



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Un buen relato, si bien inconcluso, donde el conflicto entre los personajes y cierta tensión psicológica se presentan y usan bastante bien. Gracias y saludos, @vickaboleyn.

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¡Muchas gracias por tus palabras y el apoyo, @celf.magazine ! En efecto, el relato está inconcluso, pero tiene una continuación, el cual espero publicar en los próximos días. ¡Saludos y que tengan una excelente semana!

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