Hello dear hivers of this beautiful community, some time ago I read a publication related to fungi and it caught my attention a lot, because I consider these small organisms, the most expressive, without having to emit words.

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This was the third day of heavy rains, the water did not stop and with it the terrible noise of the frogs. I love the weather like this, the rains and the cold are part of my list of passions, however, not being able to see the sunlight was already starting to bother me.

The morning changed from one moment to another, only a minute of rain passed to give way to the other minute starred by the Sun rays and the warm aroma of moist soil. Immediately I went out to the patio and pleased I opened my arms to receive all the solar heat.

It only took seconds for her to be captivated by the beauty of a mushroom, a very beautiful one, and that three days ago was not there.

These types of organisms have always caught my attention, and I honestly can't understand why just by seeing them I can get to see myself reflected in them.
The texture of its folds can remind me in a certain way of my personality, so strong apparently and it only takes a little touch of its fiber for it to break.
I am very struck by how it clings to the trunk, even if it is a dead matter, in search of protection, a very common attitude among people because we always want to cling to what makes us, or we think it does us good and many times without wanting it we can even leave without strength or resources to that which complements us.

It was just a matter of the rain stopping
to find myself in that bowler hat and extrapolate myself to other dimensions, formulating, perhaps, very crazy thoughts.

My native language is Spanish, I use the translator Yandex
All photos are my property

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Español

Hola queridos hivers de esta bella comunidad, hace un tiempo leí una publicación relacionada con hongos y me llamó muchísimo la atención, pues considero a estos pequeños organismos, de los más expresivos, sin tener que emitir palabras.

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Este era el tercer día de intensas lluvias, el agua no cesaba y con ella el espantoso ruido de las ranas. Me fascina el clima así, las lluvias y el frío forman parte de mi lista de pasiones, sin embrago, no poder ver la luz del Sol ya comenzaba a fastidiarme.

La mañana cambió de un momento a otro, solo transcurrió un minuto de lluvia para que le diera paso al otro minuto protagonizado por los rayos de Sol y el cálido aroma a suelo húmedo. Enseguida salí al patio y complacida abrí los brazos para recibir todo el calor solar.

Solo bastaron segundos para que fuera cautivadora por la belleza de un hongo, uno muy bonito, y que hace tres días no estaba ahí.

Siempre me han llamado la atención este tipo de organismos, y sinceramente no logro entender por qué de solo verlos puedo llegar hasta verme reflejada en ellos.
La textura de sus pliegues me puede recordar en cierta forma a mi personalidad, tan fuerte aparentemente y solo basta tocar un poco su fibra para que logre quebrarse.
Me llama mucho la atención como se aferra al tronco, así sea una materia muerta, en busca de protección, una actitud muy común entre las personas porque siempre queremos aferrarnos a lo que nos hace, o creemos que nos hace bien y muchas veces sin quererlo podemos hasta dejar sin fuerzas o recursos a aquello que nos complementa.

Fue solo cuestión de que cesara la lluvia para encontrarme a aquel bombín y extrapolarme a otras dimensiones, formulando, quizás, pensamientos muy disparatados.

Todas las fotos son de mi propiedad