Sueños de sueños


***

No llevo un registro sistemático de mis sueños, pero hay unos que recuerdo porque son extensiones de mis deseos que, al cumplirse allá, en el mundo onírico, ya forman parte de una realidad y su sólo recordatorio me producen un placer agradable y me dan más ganas de seguir soñando. Hay otros, que, los afloro con naturalidad en casos como este, que los nombraré, porque forman un complemento de una experiencia previa.

     Por ejemplo, una vez soñé con don Pablo Neruda. Recuerdo que para entonces me estaba leyendo su obra; yo era un joven universitario, acababa de conocer a un par de profesores amantes de la literatura, de los que me hice amigos y quienes me ayudaron a entrar en el mundo de la ficción con los libros que me prestaban y con las palabras que me profesaban. También acababa de hacerme novio de la chica más alta de la clase, Lourdes, quien se convirtió en la primera y única mujer en darme una hija biológica; me llevaba diez años (aún me va ganando en edad), muchos libros de ventaja (ahora la ventaja es mía) y era la sensación de mi vida para entonces (hasta hoy lo escribo).

     Ella, junto a la lectura eran mis dos grandes pasiones de mi época universitaria, pero una noche estuve a punto de perderlas a ambas; fue la noche en que soñé con don Pablo y ocurrió en la biblioteca estatal Dr. Alirio Ugarte Pelayo, de Guanare, la misma en donde me hice lector y la misma que destruyó la revolución chavista hace un par de años. Recuerdo que fui a la biblioteca con Lourdes, al entrar vi a Neruda hojeando un libro, me acerqué a saludarlo, le presenté a mi novia y a los pocos minutos ellos hablaban como si se hubiesen conocido de toda la vida y a mí me hicieron a un lado. En el sueño me molesté y recordé que había leído de él, en particular, que era un don Juan, un experimentado casanova que disfrutaba de su fama y de su palabrerío para conquistar mujeres. Cuando desperté del sueño y más tarde del embrujo de la poesía nerudiana y aún más, cuando supe la historia de cómo Pablo Neruda abandonó a su hija hidrocefálica, dejó de importarme como ser humano y como escritor. Cerré sus libros y ni en sueño ha vuelto a aparecer.

     En otra oportunidad soñé que estaba cautivo junto a mi familia, allá, en mi pueblo natal, en Quebrada Seca; la escena la recuerdo porque tiene su toque cinematográfico, aunque para entonces no era un aficionado del séptimo arte. Algo había en los matorrales, algo espeluznante, una especie de monstruo nos acechaba, pero había que salir más allá de la alambrada para conseguir leña para hacer fuego y preparar comida. No habíamos visto qué nos estaba devorando y como había que salir, decidimos hacerlo; cruzamos la cerca de alambre, empezamos a recoger ramas secas, mirábamos hacia el monte, que de pronto se movió en la altura, entonces supimos que las bestias venían por nosotros; largamos las ramas, corrimos hasta la cerca, nos agachamos para cruzar, pero mi pantalón se quedó enredado en la cuerda de alambre.

     Nunca había experimentado un horror como aquel, intentaba desprender el pantalón de la cuerda, pero en su lugar largaba pedazos de carne, la sangre salía a borbollones y la angustia de ser atrapado por una de las bestias me empezó a nublar los sentidos. En el sueño fui salvajemente devorado y cuando desperté estaba bañado en sudor, agitado y con una sed que me devoraba. Después inferí de dónde había salido el sueño; era una mezcla desbordada de cine y literatura; la noche anterior había visto la película "La gran muralla" y también había terminado de leer, por segunda ocasión, Baudolino, una novela de Umberto Eco, donde se narran imaginarias batallas de seres fantásticos, los hunos blancos, a los que se enfrenta el protagonista, Baudolino, mientras iba en búsqueda del reino del Preste Juan.

     Me ocurre que mis sueños, frecuentemente, son invadidos por escenarios novelescos, por protagonistas o situaciones que en el mundo onírico, a veces, se vuelven pesadillas, donde muero o termino mal parado; lo bueno es que al despertar estoy en cama, en ocasiones bañado en sudor o agitado, pero me alivio porque al menos mis sueños tienen aventuras, sirven para ser contados; eso es lo que dice mi hermana, quien le aburre hablar de lo que sueña porque cuando no son de trabajo, son domésticos.

     Esa confesión de mi hermana me motiva a seguir leyendo, sin descanso, por pasión, para adquirir más experiencia de vida y principalmente porque aunque tenga un mal día, sólo de rutina, me queda la esperanza del sueño para hacer que la vida tenga emoción.



La imagen fue editada en Canva



0
0
0.000
6 comments
avatar

¡Vaya forma de vivir la literatura y el séptimo arte! Aunque ahora estemos en un bajón en el género de los superhéroes; se puede decir, que tienes un superpoder a tu disposición, y es el de recrear tus vivencias en el plano onírico, en donde eres el protagonista. En tal sentido, hoy disfruté de tus andanzas a través de tu magnífico toque (estilo) para expresar con amenidad tus ideas.

Saludos.

0
0
0.000
avatar

Tengo como ejercicio escritural hacer literatura de mis sueños, de mis anécdotas, de mis fracasos, todo con la intención de mantener activa la pluma y conjugarla con las lecturas que mantengo constantemente. Gracias por el comentario.

0
0
0.000
avatar

Al contrario, a ti. Es todo un placer leer tus ejercicios escriturales.

0
0
0.000
avatar

Congratulations @jesuspsoto! You have completed the following achievement on the Hive blockchain And have been rewarded with New badge(s)

You made more than 5500 comments.
Your next target is to reach 6000 comments.

You can view your badges on your board and compare yourself to others in the Ranking
If you no longer want to receive notifications, reply to this comment with the word STOP

To support your work, I also upvoted your post!

Check out our last posts:

LEO Power Up Day - December 15, 2023
0
0
0.000