EL HABLADOR

avatar
(Edited)


***

Tengo la manía de ponerle nombre de pila a mis pertenencias; por ejemplo, a mi oficina la he llamado, Coriciana; a mi motocicleta, Troya, y a mi computador, Caja de Pandora. Dicha manía viene de mi pasión por el mundo griego recreado frecuentemente en mis lecturas y que me permite mantener viva y a la mano la cultura occidental legada por los griegos de la antigüedad; siento debilidad por su mitología, por las obras de Homero, por sus personajes semidioses y humanos.

     Será por eso que lo que me ocurre me sabe a odisea, a laberinto con minotauro; como el sábado, que subí a Troya, con la madrugada vuelta una amenaza y el cielo ocultando, entre el resto que quedaba de noche, una sombra; pero debía salir porque mi padre, el rey Rafael Simón Pérez, señor de ejemplo y vencedor de pobrezas mentales, necesitaba que acudiera en su auxilio.

     Como a los viajes los hacen mejores las buenas compañías me procuré a mi hermana para que me acompañara y, literalmente, les digo que cogimos agua clara y no sólo porque madrugamos, también porque el cielo soltó lo que ocultaba, abrió su sombra; primero convertida en un vientecillo frío y calculador que se hacía más intenso a medida que aceleraba a la troyana, y que terminó convertido en un invierno de plomo que hundía mi cara, mi pecho y la motocicleta y me obligó a una de perro que mete la cola y retrocede antes de ser mordido por su rival, en palabras precisas, me llevó a meter freno y retroceso, aunque era tarde porque mi ropa ya estaba un mar de arrugas.

     De las flechas sólo se escapa saliendo de su trayectoria y para hacerlo debimos meternos bajo un techo que como era el único a la vista, lo vimos varios a la vez y allí coincidimos, esta vez sí fue por causalidad, esos varios motociclistas. Una pareja de pescadores; un joven que tenía una cita con unos loros; el viejo que pretendía sorprender a su padre; el hablador que regresaba a su trabajo; y nosotros, mi hermana y yo, que ya les dije, íbamos en auxilio de nuestro padre.

     No es extraño que el más hablador fue quien más soltó la lengua en aquella improvisada reunión preparada por la inclemencia del tiempo. Por el hablador supimos que los pescadores eran padre e hijastro; que llevaban poco tiempo juntándose contra los peces; y que antes habían estado a punto de matarse. También nos enteramos de que el hombre de la cita con los loros usaba estrategias pirotécnicas para espantar a la multitud de aves que amenazaban comerle el maíz. Fue del conocimiento de todos que el hombre que pretendía sorprender a su padre ya lo había intentado antes, pero sin éxitos porque nuevamente las fuerzas de la naturaleza se lo impedían. El hablador contó que hablaba muchísimo, pero que no siempre fue así; que eso le dio después de que su padre le compró una bicicleta con la que empezó a rodar más rápido por el mundo, a conocer más gente, a tener más ganas de preguntar, hasta que fue desarrollando un gusto por hablar que nunca ha perdido; que sólo una vez estuvo en peligro de enmudecer, y fue cuando cambió la bicicleta por un gallo. Y de nosotros supieron que llevábamos una cava pequeña, resguardada misteriosamente, a la que ninguno de los dos le quitaba la vista.

     El hablador estaba ubicado en el centro de la línea imaginaria que une las puntas de la u que hicimos el resto de los refugiados; desde allí, montado en su motocicleta, como en un podio, conversaba y hacía hablar al resto. Hablaba y le seguía preguntando a los otros en una especia de mayéutica socrática y así seguíamos enterándonos de las historias de cada quien.

     Tres horas después, cuando el tiempo nos dio rueda libre, encendimos las motos. Yo fui el primero en darles la mano uno a uno, pero el último en irme; fui el que los despidió a todos porque tenía la necesidad de agradecerles el calor de la compañía, la solidaridad de la risa y lo sugerente de las historias que quedaron en mi memoria, en espera de abrir mi Caja de Pandora para darles la esperanza de una vida literaria. Ya veremos.



Texto y fotografía de @jesuspsoto



0
0
0.000
10 comments
avatar
(Edited)

Buen día, mi amigo @jesuspsoto.

Me contenta que tu odisea, a pesar de las flechas húmedas, haya sido divertida y fuente de inspiración al divertido ensayo que aquí presenta. Yo también tengo un gusto por la cultura helénica, cuna de una rica mitología que parece recoger lo mejor de un pasado ya olvidado en las dunas del tiempo. En mi suelo natal, abundan los Heráclitos, Eurípides, Pancracios, solo por nombrar algunos que afloran en mi memoria, que acompañados de apellidos castizos, que no en balde tienen raíces moriscas y latinas, en el vaivén de los cruces culturales, resuenan graciosos.

De hablador, tenemos todos un poco, aunque una buena dosis de prudencia, con base en lo enseñado por Platón y Aristóteles, no nos caería nada mal, y así evitar malos entendidos y hasta cuentos de caminos avivados por una imaginación desbocada.

Gracias por compartir tus vivencias a través de una fina pluma, bueno, teclas, de buen gusto literario.

Saludos.

0
0
0.000
avatar

Creo que todos hemos conociendo a un hablador que ameniza las reuniones o se roba la atención de la gente en el lugar menos esperado. Gracias por su amable lcctura.

0
0
0.000
avatar

FAbuloso post tocayo @jesuspsoto!... El reflejo y registro puro de como somos cuando improvisadamente nos juntamos extraños en un mismo rincón por una u otra cosa acontecida... Legible, ameno y loable como siempre tu texto... Saludos y bendiciones para todos por la casa!

!discovery 40
!VSC
!PIZZA

0
0
0.000
avatar

@jlinaresp has sent VSC to @jesuspsoto

This post was rewarded with 0.1 VSC to support your work.
Join our photography communityVisual Shots
Check here to view or trade VSC Tokens
Be part of our Curation Trail


@jlinaresp ha enviado VSC a @jesuspsoto

Éste post fue recompensado con 0.1 VSC para apoyar tu trabajo.
Únete a nuestra comunidad de fotografía Visual Shots
Consulte aquí para ver o intercambiar VSC Tokens
Se parte de nuestro Trail de Curación


Uses: 12/25

0
0
0.000
avatar

Tocayo, fueron tres horas escampando y en tres horas escuché toda clase de historias, todas buenas. Gracias por la visita. Bendecido día para todos por allá también.

0
0
0.000