¿Alimentar rumores…? | Feeding rumors...?

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Saludos. La amiga @charjaim en su columna para la comunidad @holos-lotus nos invita a reflexionar sobre esa práctica tan común de multiplicar los rumores. Les comento…

Los rumores son inevitables en la comunicación humana. Cada uno de nosotros interpreta la realidad desde una óptica particular. Vemos, escuchamos o leemos alguna cosa e inmediatamente sacamos conclusiones parciales que vamos compartiendo con los demás. De este modo sembramos la semilla de los rumores.

A veces estos rumores pueden crearnos zozobra y hacernos pasar muy malos momentos.

Recuerdo que cuando el terremoto de Julio de 1967, estaba yo de paseo donde mi abuela paterna en Naiguatá, hacia el Este del antiguo estado Vargas. El sacudón fue en horas de la noche, era un tiempo donde no existía telefonía celular y en nuestra zona no funcionaba el servicio de CANTV, por lo que era difícil tratar de confirmar cualquier información.

Luego de unos quince minutos de haber pasado el sismo, que en realidad fue muy fuerte, todos estábamos en la calle; cada quien echaba un cuento peor que el otro: que los viaductos de la autopista habían colapsado , que en Caracas no quedaban edificios en pie, que nuestro barrio era lo único que quedaba, en fin…cualquier cantidad de cosas.

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Con todas aquellas informaciones la crispación se sentía en el ambiente, la sensibilidad estaba a flor de piel y el nerviosismo de la gente era más que notorio.

De pronto, de la parte baja venía gritando un tropel de gente, decían: ¡Corran…! ¡Corran…que viene el mar…!

Ante aquella gritería no hubo un ser que comentara que ya nosotros estábamos bien arriba, que era casi imposible que el mar pudiera llegar hasta allí. Desde nuestro sitio hasta la orilla de la playa eran casi dos kilómetros y con una pendiente bastante fuerte. Nadie pensó en eso… La racionalidad estaba completamente anulada.

La respuesta de todos fue automática. Sin dudarlo ni un momento comenzamos a correr cerro arriba, hasta que las fuerzas no dieron para más. Los rumores no cesaban. Habían quienes aseguraban que la furia marina había tumbado el Club Puerto Azul, un gran complejo recreativo, con altos edificios, ubicado cerca de la costa… Esa noche la pasamos al descampado en un sitio donde los zancudos hicieron fiesta.. Con las primeras luces de la mañana volvimos a nuestras casas…

Como a los dos días mi padre decidió que era hora de averiguar si podíamos regresar a Caracas. Al bajar nos impresionó ver en pie los edificios del Club Puerto Azul. Sí había sufrido daños en muchos ambientes, pero las edificaciones principales estaban bien.

A lo largo del camino pudimos ver varias construcciones colapsadas, pero la vialidad no tenía mayores problemas. Y los viaductos aguantaron…Afortunadamente la mayoría de aquellos rumores, que nos hicieron pasar momentos de verdadero terror, habían sido infundados.

Desde aquel momento ha mejorado mucho nuestra capacidad para confirmar las informaciones que nos llegan. El celular nos permite tener contacto con diferentes fuentes, algunas de mucha credibilidad. Sin embargo, las redes sociales se han convertido en una incesante fábrica de rumores que afectan el ánimo de la gente.

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De esto tengo un ejemplo muy cercano. Casi todas las tardes hablo con mi madre, ella tiene ochenta y ocho años, aprendió a usar el celular para comunicarse con sus allegados y tiene contacto con varias redes sociales donde están sus conocidos…

Son muchas las veces en que la siento bastante alterada porque le ha llegado alguna información que le genera zozobra. Me comenta las cosas más disímiles, dice por ejemplo, que tomemos previsiones porque habrá escasez de bienes o medicinas, o que se preparan atentados contra dirigentes políticos de oposición, que leyó en algún lado que pronto cerrarán las fronteras, que con el cambio climático el sol nos va a achicharrar…

Ella ingenuamente le da crédito a todo lo que le llega al celular, y no lo piensa dos veces para multiplicar aquellos rumores. Lo peor es que cuando le pregunto dónde leyó esas cosas, no lo puede precisar, solo responde: ahí…en el teléfono…

Pero el caso de mi madre para nada es una excepción. Así como ella está mucha gente. Tengo amigos y conocidos, con niveles académicos superiores a los de mi madre, y mucho más jóvenes que ella, que actúan igual. Mandan informaciones erróneas, sin tomarse la molestia de tratar de confirmarlas.

Los rumores son muy dañinos, pueden modelar nuestras opiniones, e incluso nos pueden predisponer contra personas o colectivos sociales.. De eso está consciente mucha gente que se aprovecha de las redes sociales para esparcir rumores con el fin de manipular a los demás.

Lo más sensato que podemos hacer es tratar de confirmar las informaciones que nos llegan y no prestarnos para alimentar la incesante fábrica del rumor.

Gracias por tu tiempo.

Fuente de imágenes. I II III

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Greetings. Friend @charjaim in her column for the @holos-lotus community invites to reflect on that common practice of multiplying rumors. Let me tell you...

Rumors are inevitable in human communication. Each one of us interprets reality from a particular point of view. We see, hear or read something and immediately draw partial conclusions that we share with others. In this way we sow the seed of rumors.

Sometimes these rumors can create anxiety and cause us to have a very bad time.

I remember when the earthquake of July 1967, I was at my paternal grandmother's house in Naiguatá, towards the east of the former Vargas state. The shaking was at night, it was a time when there was no cellular telephony and in our area the CANTV service did not work, so it was difficult to try to confirm any information.

About fifteen minutes after the earthquake, which was really very strong, we were all in the streets; everyone was telling a worse story than the other: that the viaducts of the highway had collapsed, that there were no buildings left standing in Caracas, that our neighborhood was the only thing left, in short... any number of things.
With all that information, the atmosphere was tense, the sensitivity was at its peak and the nervousness of the people was more than notorious.

Suddenly, from the lower part, a crowd of people came shouting, saying: Run...! Run...the sea is coming...!

In the face of that shouting, there was no one to comment that we were already well up there, that it was almost impossible for the sea to reach us. From our place to the shore of the beach it was almost two kilometers and with a steep slope. Nobody thought about that... Rationality was completely nullified.

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Everyone's response was automatic. Without a moment's hesitation we began to run up the hill, until our strength was exhausted. The rumors did not cease. There were those who claimed that the sea fury had knocked down the Club Puerto Azul, a large recreational complex, with tall buildings, located near the coast... That night we spent it in the open in a place where the waders had a party... With the first light of the morning we returned to our homes...

About two days later my father decided it was time to find out if we could return to Caracas. When we went down we were impressed to see the buildings of the Puerto Azul Club still standing. Yes it had suffered damage in many areas, but the main buildings were fine.

Along the way we could see several collapsed buildings, but the roads had no major problems. And the viaducts held up. .... Fortunately most of those rumors, which made us spend moments of real terror, had been unfounded.

Since then, our ability to confirm the information we receive has greatly improved. The cell phone allows us to have contact with different sources, some of them very credible. However, social networks have become an incessant factory of rumors that affect people's mood.

I have a very close example of this. Almost every afternoon I talk to my mother, she is eighty-eight years old, she learned to use the cell phone to communicate with her relatives and has contact with several social networks where her acquaintances are...

There are many times when I feel her quite upset because she has received some information that makes her anxious. She tells me the most dissimilar things, she says, for example, that we should take precautions because there will be shortages of goods or medicines, or that attacks against opposition political leaders are being prepared, that she read somewhere that soon the borders will be closed, that with climate change the sun will scorch us....

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She naively gives credit to everything that reaches her cell phone, and does not think twice to multiply those rumors. The worst thing is that when I ask her where she read these things, she can't specify, she only answers: there...on the phone...

But my mother's case is not an exception at all. There are many people like her. I have friends and acquaintances, with higher academic levels than my mother, and much younger than her, who act in the same way. They send wrong information, without bothering to try to confirm it.

Rumors are very harmful, they can shape our opinions, and they can even bias us against people or social groups. Many people are aware of this and take advantage of social networks to spread rumors in order to manipulate others.

The wisest thing we can do is to try to confirm the information that reaches us and not lend ourselves to feed the incessant rumor mill.

Thank you for your time.

Translated with DeepL.com (free version)

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Todos tus comentarios son bienvenidos en este sitio. Los leeré con gusto y dedicación.

Hasta una próxima entrega. Gracias.


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Las fotos, la edición digital y los Gifs son de mi autoría.




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Los rumores son inevitables en la comunicación humana. Cada uno de nosotros interpreta la realidad desde una óptica particular. Vemos, escuchamos o leemos alguna cosa e inmediatamente sacamos conclusiones parciales que vamos compartiendo con los demás.

Pero como nos gusta agregarle algo de picante para que quienes nos escuchan se interesen en nuestro relato.

Ella ingenuamente le da crédito a todo lo que le llega al celular, y no lo piensa dos veces para multiplicar aquellos rumores. Lo peor es que cuando le pregunto dónde leyó esas cosas, no lo puede precisar, solo responde: ahí…en el teléfono…

¿Recuerda usted cuando éramos niños y nos creíamos todo lo que estaba escrito en los libros «tuviese errores o no»? Una de mis piedras en mi etapa como educador fue precisamente luchar con la mente de mis estudiantes que se tragaban sin reflexionar los conceptos de Camero y Crespo, de la literatura biológica de Mazparrote, o sencillamente los mil y un errores de los textos de Navarro. Eso sin contar las alucinantes soluciones de las Guías CENAMEC.

Para una sociedad que «literalmente se deja influenciar» por los contenidos de las redes sociales, pues no tienen las herramientas para reflexionar…, ¿qué les podemos exigir? Allí tiene usted, me llegó una comunicación oficial de que los menores de 18 años y mayores de 15 son aptos para ser población flotante en Venezuela. Indagué al respecto y es cierto, pero me alarmó más aún, enterarme de que los menores de quince y mayores de 12 deben ir a votar con su representante… El ciudadano de a pie, sobre todo los jóvenes, se están dejando manipular porque sencillamente se sienten importantes al ser ciudadanos que pueden elegir, ja, ja, ja..., ría para no llorar.

El rumor es un arma tercermundista muy poderosa y el «socialismo del siglo XXI» sabe muy bien como usarla.

Su mamá me recuerda a muchas madres que pasaban todo el día leyendo la fulana «CRÓNICA POLICIAL», allí diezmaban su estrés y se creían toso lo que allí plasmaban.

Un abrazo en la lejanía amigo...

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Es verdad, recuerdo esos tiempos de la Crónica Policial, era impresionante la crudeza de las gráficas y la cantidad de cuentos chinos que ponían a circular. Acá lo de los rumores es un auténtica tragedia. Gracias por pasar y comentar estimado @amigoponc. Un fuerte abrazo desde Maracay.

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The truth is as humans being and being the society we are in, we can't actually escape the presence of rumour, wherever there is truth, falsehood will always try to dominate also

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In these times where we have more information, it has become very difficult to know the truth. That is a big problem. Thank you very much for stopping by and commenting dear @precab . A big hug from Maracay.

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Los rumores alcanzan en los humanos un nivel elevado de estrés precisamente por dejar llevarse por ellos, por lo que ven, lee, escuchan así no más.

La percepción es un tema que cada día está más fuerte porque las personas no paran un momento para verificar o entender que cada uno mira las situaciones desde su situación personal.

El tema de las creencias también influye mucho.

Saludos @irvinc

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Siempre hay la posibilidad de verificar las informaciones, hay portales que incluso se dan a la tarea de denunciar lo que es falso. A veces creo que lo del rumor es en primer lugar una gran distracción. Muchas gracias por pasar y comentar estimada @mercmarg. Un fuerte abrazo desde Maracay.

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