Fue hasta que tuve 11 años que mi mamá me permitió subir a algunos de estos juegos , el primero que elegí fue los carritos chocones, nunca antes había subido a un auto mecánico así que en mi mente pensé que se seria divertido, aunque realmente no lo fue, el carro se movía de forma alocada, no había manera de controlarlo de algún modo o dirigirlo hacia donde yo quería, mientras me percataba de la falta de relación que existía entre el volante y la dirección del carro, estaba recibiendo golpes por todos lados de los otros carros que para mi sorpresa algunos eran manejados por adultos que de manera muy mal intencionada no paraban de golpear, siendo agresivos a pesar de que habían niños en otros carros, para mi fue una experiencia estresante aunque no quise compartir mis impresiones con mi mamá, para quien debía aparentar haberme divertido , de lo contrario me vería como si fuera malagradecida.