Cuando recibí la invitación para esta maravillosa iniciativa, por mi mente pasaron infinidad de situaciones vividas y no definía cuál traer. Entonces coloqué el enlace en mi segundo monitor para revisar después. Pasaron dos días y mi maravillosa amiga @purrix me invito en su participación.

Para mí, la participación de Alicia fue apoteósica. En su texto vi reflejado mi historia con Miriam. Una historia de amor y coincidencias que fue suspendida por su partida de este plano. Entonces, pensé, aquí está mi participación. Alicia y yo coincidíamos en las historias y yo podía presentar la mía.

No era la primera vez que esto sucedía. En otras publicaciones de ella me sentí muy identificado porque parecía que contaba parte de mi vida. Pero el fenómeno no solo se quedó allí, son muchos los autores de HIVE que narran historias que coinciden con las mías y de otros miembros de la plataforma. En mi concepto, estas coincidencias nos llevan a crear amistades sólidas sin importar si son presenciales o virtuales. Hay una conexión con el alma. Ese es mi pensar, mi sentir.

Hace mucho tiempo, en uno de esos momentos de búsqueda de respuestas, llegue a una iglesia. Voy a guardarme el nombre para proteger a los inocentes. Tengo que decir que viví días bonitos, conocí mucha gente bella, solidaria y comprometida con ayudar a su prójimo. Había coincidencias con todos ellos. Sentíamos lo mismo, era como que si pertenecíamos a una gran familia e íbamos tras el mismo objetivo.

Un domingo, caminando, me encontré con otros miembros que se dirigían para la reunión dominical. De repente, el cielo se oscureció bárbaramente y comenzó a caer un soberano palo de agua como decimos en Venezuela. Todos buscamos refugio. Quedamos debajo de un balcón diminuto de una casa de dos pisos. Estábamos apretados, la respiración saltaba de piel en piel. Soy muy bueno con el olfato y me di cuenta de que alguien no se había bañado.

La lluvia no paraba como la vida, como el tiempo y la hora de la reunión se acercaba alarmantemente. Entonces Sofía alzo la voz: “Leonardo (ese es mi otro nombre), haz una oración, a ti siempre te escucha. Ora para que cese la lluvia.”

Cerré mis ojos y ejecuté la oración. Cuando los abrí, los sonidos de la lluvia cesaron junto con las gotas. Fue un segundo amanecer. Todos, a excepción de Sofía, quedaron con la boca abierta. Entonces, Sofía habló: “no se extrañen, no es la primera vez que pasa. Cada vez que él hace una petición obtiene respuesta”. Yo solo respondí que el cese de la lluvia había sido una coincidencia. Pues me hice famoso por las coincidencias.

Estos fenómenos, los interpreto como un intercambio, una interacción de energías. Según tu vibración te llegarán cosas buenas o mala. Si vibro de forma positiva obtendré lo deseado. No soy ningún ser privilegiado, no soy un santo del vaticano, soy un simple mortal al que se le concede algunas peticiones. Sobre todo, cuando las peticiones involucran a otros.

Pareciera un cuento, una mentira, pero es mi realidad. Por lo tanto, trato de no abusar de ello y solo usar esa bendición en los momentos más críticos. Tienen que haberme visto la cara de ponchado, cuando me enteré de que eso me pasaba. Hay quienes dicen que las coincidencias también son milagros.

Las coincidencias están presentes en todos lados y en todo momento. Creo que todos estamos enlazados por un cordón. Así como el rojo según los japoneses. De alguna forma estamos enredados, unidos, como el algodón. Somos una serie de fibras que unidos vivimos las mismas circunstancias, desafíos, objetivos, sentimientos de amor. Nuestras vidas coinciden y eso nos une.

El hecho de participar en esta iniciativa creada por la maravillosa @mosa71, es por culpa de ese enredado, estamos aquí porque el fenómeno de la coincidencia nos escogió y nos unió.

Antes de despedirme, debo expresar que, coincidencialmente con esta iniciativa, he alcanzado el número 70 en mi reputación y estoy celebrando mi tercer aniversario en HIVE. Cuando comencé mi historia aquí, me pareció un largo y difícil camino; no lo he sentido así. Ha sido un camino satisfactorio, de aprendizaje, de descubrimientos, de la aparición de dones ocultos y la llegada de buenos amigos. Ahora no queda más que seguir coincidiendo, emprendiendo hacia un futuro común, y seguir llenándonos de amor y creatividad. Qué hermoso es estar con ustedes.