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ENSEÑA CÓMO TODAS LAS COSAS AVISAN DE LA MUERTE
Miré los muros de la patria mía,
Si en un tiempo fuertes, ya desmoronados,
De la carrera de la edad cansados,
Por quien caduca ya su valentía.
Salíme al campo, vi que el sol bebía
Los arroyos del hielo desatados;
Y del monte quejosos los ganados,
Que con sombras hurtó su luz al día.
Entré en mi casa; vi que amancillada
De anciana habitación era despojos;
Mi báculo más corvo y menos fuerte.
Vencida de la edad sentí mi espada,
Y no hallé cosa en que poner los ojos
Que no fuese recuerdo de la muerte.
Francisco de Quevedo
El tiempo en su ilusión, en su fugacidad, nos regala cambios, experiencias, transformaciones. Cada día se va y nos deja atrás, no volvemos a bañarnos en el mismo río dos veces, como dijo el filósofo griego Heráclito. Cada amanecer con su luz es un nuevo comienzo, lleno de posibilidades, de paisajes, de personas, de momentos, que se van, que no vuelven a repetirse. No recuerdo dónde estaba ayer a esta hora, en este minuto que se va yendo, este minuto único, irrepetible, en el que escribo.
El tiempo, que se mide, es movimiento. ¿No soy ahora quien era ayer o sí?¿El tiempo pasa aunque no me haya movido desde que empecé a escribir? Lo que pensaba hace cinco minutos es distinto a lo que pienso ahora. ¿La niña que fui dónde está?¿Sigue allí en los lugares dónde estuvo?¿Sigue en los parques que visitó?¿En los juegos con sus hermanas?¿Qué buscaba en el silencio?¿Qué encontraba?¿Qué buscaba en los libros de cuentos que tanto le gustaba leer?¿Dónde está lo que aprendió en los pupitres de la escuela?¿En qué pensaba esa niña que sonríe en la foto, esa niña tímida y pequeña, la segunda de derecha a izquierda, que le gustaba sonreír en las fotos?
La joven mujer que fui aún le gustaba esconderse en el silencio, en la poesía, en la belleza. Tenía miedo. Miedo al dolor, miedo a no ser comprendida, miedo a los lugares llenos de gente, a la soledad, a no encontrar un destino. Pero poco a poco lo encontró y tuvo buenos amigos, momentos felices, que compensaron los tristes, los solitarios, en que el tiempo se hacía lento, y el alma seguía buscando no sabía qué en los libros.
La mujer que entró en la madurez ganó confianza, fue perdiendo miedos, aprendió a atesorar momentos, porque entendió que se iban pronto y no volvían, como algunos seres queridos que se fueron para no volver. Aprendió a quererse, a entenderse, en su soledad poblada de palabras y amigos fieles. El tiempo, en su fugacidad, abrió y cerró caminos, espacios en el alma, recuerdos del Ayer que hoy me acompañan.
Con este texto en el que reflexiono sobre el Tiempo participo en la noche de
@talentos, será un gusto acompañarlos. El tema propuesto es "Recuerdos del Ayer".
Todas las fotos de este post pertenecen a mi álbum de fotos personal salvo la foto del banner inicial cuya fuente está indicada.
Fleeting time and its illusion
TEACHES HOW ALL THINGS WARN OF DEATH
I looked at the walls of my homeland,
If once strong, now crumbling,
From the race of age weary,
For whose bravery now expires.
I went out into the field, I saw that the sun was drinking
The streams of ice untied;
And from the mountain the cattle complained,
That with shadows stole their light from the day.
I went into my house; I saw that the house was mouldering
Of old habitation it was the spoils;
My staff more bent and less strong.
My sword, overcome with age, I felt my sword,
And I found nothing to lay my eyes on
That was not the memory of death.
Francisco de Quevedo
Time in its illusion, in its fleetingness, gives us changes, experiences, transformations. Each day goes and leaves us behind, we never bathe in the same river twice, as the Greek philosopher Heraclitus said. Each dawn with its light is a new beginning, full of possibilities, of landscapes, of people, of moments, that go away, that never come back again. I do not remember where I was yesterday at this hour, in this minute that is going away, this unique, unrepeatable minute, in which I am writing.
Time, which is measured, is movement. Am I not now who I was yesterday, or am I? Is time passing even if I haven't moved since I started writing? What I thought five minutes ago is different from what I think now.The little girl I was, where is she?is she still there in the places she was?is she still there in the parks she visited?in the games with her sisters?what was she looking for in the silence?what did she find?what was she looking for in the storybooks she loved to read?where is what she learned at the school desks?what was that little girl smiling in the photo, that timid little girl, second from right to left, who liked to smile in the photos, thinking about?
The young woman I was still liked to hide in silence, in poetry, in beauty. She was afraid. Fear of pain, fear of not being understood, fear of crowded places, of loneliness, of not finding a destination. But little by little she found it and had good friends, happy moments, which compensated for the sad, lonely ones, when time was slow, and the soul was still looking for something in books.
The woman who entered maturity gained confidence, lost her fears, learned to treasure moments, because she understood that they left soon and did not return, like some loved ones who left never to return. He learned to love himself, to understand himself, in his solitude populated by words and faithful friends. Time, in its fleetingness, opened and closed paths, spaces in the soul, memories of yesterday that accompany me today.
With this text in which I reflect on Time I participate in the night of
@talentos, it will be a pleasure to accompany you. The proposed theme is "Memories of Yesterday".
All the photos in this post are from my personal photo album except for the initial banner photo whose source is indicated.
Translation to english by deepl.com
Gracias por el apoyo, amigos. Mis mejores deseos para el 2024. Los visitaré. 😀
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Muchas gracias por el apoyo.
En el reloj de la vida cada tic-tac,
avanzamos sin pausa, sin descanso,
el tiempo nos marca, sin dar un respiro,
cada segundo nos acerca al ocaso.
La edad se va sumando, sin pedir permiso,
arrugas y canas van haciendo su avance,
pero en el corazón aún late el mismo ritmo,
la vida nos enseña a bailar con elegancia.
El tiempo es un maestro implacable,
nos enseña que todo tiene su momento,
la edad nos brinda sabiduría inigualable,
cada arruga es un trofeo, un bello ornamento.
En la segunda fila te encuentras
justo la décima columna
tu sonrisa llena el espacio
el pasado lo atiza.
Aún conservas la mirada
de esa tímida niña.
Dios bendiga tu tiempo
siempre un ángel te cobija.
Muchas gracias por tu lectura y comentario @amigoponc Muchas bendiciones para ti en el 2024.