Tras una tranquila barbacoa vecinal, la parrilla yacía abandonada y sus restos carbonizados contaban la historia del festín que acababa de celebrarse. Las cenizas, aún calientes, susurraban secretos de risas y camaradería. Los barrotes metálicos de la parrilla eran como celdas de prisión que mantenían cautivos los últimos vestigios de brasas incandescentes.

Cerca de allí, la esposa de @lanzjoseg aún podía oír los ecos de las risas de los niños. Miró la parrilla y sonrió. «Otra barbacoa de éxito», se dijo orgullosa de su rol como anfitriona.

Ese mismo día, el @lanzjoseg, había sido designado maestro de la parrilla. «¿Medio hecho o bien hecho?», preguntaba con una risa bulliciosa, volteando hamburguesas con una pericia que solo los años de práctica podían otorgarle. Alto, alto; me desboqué escribiendo. Quizá no eran hamburguesas, más bien presas de pollo, morcilla, chorizo y posiblemente una pieza de carne.

Cuando caía la noche y las estrellas adornaban el cielo, las historias fluían tan libremente como la cerveza. Cada crepitar del fuego era respondido con carcajadas; cada llama bailaba al compás de las historias que se contaban bajo el suave resplandor de la luna. Mientras, los más pequeños, con sus barriguitas llenas y la ropa con los rasgos donde frotaron sus manos, juegan a la ERE o a las escondidas. Los más grandecitos, pegados a sus celulares en alguna red social de su interés.

La esposa de @lanzjoseg es un miembro muy querido de pueblo. Es conocida por su cálida hospitalidad y por el exuberante jardín que adorna su patio trasero. Maestra en ejercicio, tiene un don para contar historias y a menudo regocija a los niños del vecindario con incoherentes cuentos de aventuras y misterios.

Su casa, pintada de un alegre amarillo en combinación con el azul marino, es el punto de encuentro no oficial para los actos de la comunidad. Su risa es contagiosa y su limonada, endulzada con papelón, es famosa en todo el barrio.

Los días de barbacoa, la encontrarás colocando mesas de pícnic, poniendo sus salsas caseras y asegurándose de que todo el mundo se sienta como en casa. Ella es el corazón de la vecindad, uniendo a la gente con su amabilidad y su creencia de que una buena comida y una buena compañía pueden convertir cualquier día en una celebración.

¡Dios! Casi me olvido, en toda gran familia donde se hace una buena parrilla hay un miembro que pone todo “patas arriba” … Este hogar tiene un pequeño y encantador Beagle, a quien con cariño llaman Baxter. Es un alma gentil con un olfato agudo, siempre el primero en saludar a cualquiera que cruza la puerta. Baxter es una especie de celebridad local, conocido por sus aullidos a dúo con los niños del vecindario y su extraña habilidad para olfatear las mejores golosinas en cualquier reunión.

Los días de barbacoa, Baxter se pasea entre las piernas de los invitados, moviendo la cola en espera de los bocados. @lanzjoseg, suele bromear diciendo que Baxter es el verdadero anfitrión, con sus ladridos de bienvenida y sus ojos que derriten corazones. Pero el día en qué la princesa mayor, hija de @lanzjoseg, con su Table tomó la foto de la parrillera apagándose, el perrito hizo de las suyas. Se posó sobre la mesa donde se encontraban las presas de pollo ya asadas y atento al descuido de todos, tomo un muslo y salió corriendo a esconderse y comerlo con calma, je, je, je.

Ahora solo quedaban cenizas, testigos mudos de una velada en la que los vecinos se convirtieron en amigos y los amigos en familia. Baxter, no se volvió a ver. Yo, como espectador omnisciente, se me hizo la boca agua, con esperanza de algún día regresar a Venezuela y compartir con mis nuevos amigos virtuales.

Bienvenido todos a esta, mi participación de la semana en el TopFiveFamily, si es de tu agrado participar, aún estás a tiempo, este es el enlace Observa⇾Piensa⇉Escribe. Recuerda cumplir las reglas…