Nací y me crié en un pueblito hermoso, con un clima de montaña divino, rodeada de bellezas naturales únicas, pero distante de los avances de la civilización jajaja, tanto, que en el pueblo solo llegaba la señal abierta de los 3 principales canales de televisión del país, pero en mi casa, en las afueras del pueblo, solo se captaba una señal, la de Radio Caracas Televisión. Un único canal de televisión, durante los 15 primeros años de mi vida.

Ni pensar para entonces en la televisión por cable o de señal digital, nada que ver, eso no existía en mi pueblo, pero la verdad no hizo falta, mi infancia fue realmente feliz y disfruté en la justa medida de la mejor programación infantil de la época.

Llegan a mi memoria muchas de esas series de dibujos animados, las tradicionales comiquitas. Recuerdo que había un bloque de horario matutino que RCTV dedicaba a la programación de Disney y se podían ver series como: los aventureros del aire, Chip y Dale al rescate, patoaventuras, entre otros.

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Pero sin duda la emoción comenzaba a partir de las 4:00 p.m., la programación te paseaba por el drama y suspenso que rodeaba a la siempre recordada Candy Candy, la dulce chica del hogar de Pony. Y ya más avanzada la tarde, mi favorita, una comiquita que fue un éxito rotundo, Thundercats, los felinos cósmicos.

Cómo no recordar a Lion-O, Tigro, Cheetara, Pantro, Felino, Felina,...y por supuesto, al gran Mumm-Ra, el inmortal.

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Ahora bien, de toda una larga lista de comiquitas que recordar en este momento, entre las que podría mencionar: la pantera rosa, los peligros de Penélope, los autos locos, los ositos cariñosos, los pitufos, don gato y su pandilla, meteoro, el inspector Gadget, gasparín, la hormiga atómica, Speedy González, mis mejores recuerdos se los debo a los estudios Hanna Barbera con dos grandes clásicos de ayer, hoy y siempre:

El alfa y el omega, el pasado y el futuro. No me canso de admirar la genialidad e ingenio con la que fueron pensadas ambas producciones.

Por un lado tenemos a los Picapiedra, con un viaje a la prehistória, a la misma edad de piedra, en la que una adorable familia de cavernícolas "modernos" gozaban de comodidades que evidentemente no correspondían a su época, pero que los creadores de la serie supieron emular de una manera fantástica con los recursos de aquel entonces.

Basta con ver un ave salir de un control remoto para cambiar un canal de TV, o un elefante suplir las funciones de una aspiradora o de una regadera, o ver a algunos otros animales convertirse en abrelatas o trituradoras de comida, resulta brillante tanto ingenio en los años 60.

Por otra parte, los Supersónicos, una serie animada visionaria y futurista, que nos trasladó a una era que ni siquiera podíamos imaginar, pero que increiblemente hoy por hoy estamos viviendo como si se tratáse de alguna predicción del futuro: asistencia robótica, videollamadas, teletrabajo, inteligencia artificial.

Quizá hoy nos resulte muy común, pero esta serie data de 1962...increible, ¿verdad? y aún falta que andemos por allí con nuestros autos voladores jajaja

Para mi entera satisfacción, existe una pelicula llamada los Supersónicos conocen a los Picapiedra, en la que ambas familias se encuentran e intercambian las experiencias de sus mundos, gracias a la invención de una máquina del tiempo diseñada por Cometín que lleva a toda la familia al pasado.

Mis series favoritas juntas, un sueño más que agradecerle a William Hanna y Joseph Barbera.

Bueno, les cuento que estos recuerdos los revivo con frecuencia, les paso el dato, hay un canal llamado Tooncast incluido en la parrilla de programación de la operadora Movistar (Movistar TV), en la que pueden ver a diario muchas de estas comiquitas, yo particularmente acostumbro ver, por supuesto, los Picapiedras y los Supersónicos, pero os cuento que incluso pueden ver la serie Thundercats. Se los recomiendo 100%, es el canal 312.

¿Tú, cuáles comiquitas recuerdas de tu infancia?

_{Fuentes: pixabay.com
Diseño y edición: Microsoft Power Point}