La muerte masiva de elefantes africanos

Biosfera es el espacio en la cual se tratan y se discuten los asuntos ambientales incluida la vida. En Biósfera se abordan los temas de la educación ambiental necesaria para tratar de formar un ciudadano y una sociedad sustentable (que no dañe a la humanidad ni al ambiente con su presencia, actividades y construcciones). Tratamos las noticias y campañas ambientales como los nuevos aspectos de la temática ambiental

Estar alerta con cualquier cosa que le pase a una especie como enfermedades, lesiones, varamientos, envenenamiento, sofocamiento, enredinas y muertes, debe llamarnos la atención. El estar alerta puede ayudar a prevenir daño o entender lo qué pasó en otra oportunidad o época.

A través de estos episodios, estudiamos y agudizamos nuestros sentimientos y nuestra mente.

Desde mayo hasta julio de este año 2020, se observó la muerte masiva de elefantes africanos, que demostraron ser circunstancias idénticas.

Algo para poner atención, pues se trataban de más de trescientos elefantes africanos. Las noticias decían que sucumbieron en la selva africana de Botswana, cada vez se iban sumando sin una aparente causa cruenta, no era caza, no se sabía por qué.

Ha sido todo un misterio, algo que no se manifestaba a la vista, nada macroscópico, había pesar e incertidumbre. Se acudió a la ciencia, tuvo que hacer una investigación científica, autopsias, estudios bioquímicos, bacteriológicos, microbiológicis.

Se esperó mucho, pero ya salieron los resultados. El Departamento de Vida Silvestre y Parques Nacionales de Botswana, indicó que la muerte de los paquidermos en el Delta del río Okavango, se debió a que ingirieron agua que contenían Cianobacterias.

Del Reino de las Bacterias, las Cianobacteras son unas especies que pueden producir la fotosíntesis oxigénica (por eso antes se les incluía entre las algas) y son capaces de producir también toxinas. Las toxinas son productos de seres vivos, que pueden producir daño o enfermedad a otros seres vivos. Fue el Alemán Ludwig Brieger que en su libro “Veber Ptomaine” introdujo el término toxina.

Las cianobacterias se reproducen en aguas donde los nutrientes (compuestos nitrogenados) son excesivos, con temperaturas altas relativas o absolutas. Estas cianobacterias serían equivalentes en las charcas, a las algas que producen la Marea Roja en nuestros mares. Al igual que los Dinoflagelados que componen la Marea Roja, las cianobacterias producen toxinas que afectan a las especies que van a tomar el agua de lagunas y charcas que sirven de bebedero para calmar la sed.

El vocero del Departamento Ambiental de Botswana, Cyril Taolo, explicó que cuando va terminando la sequía, muchas charcas se secan. En las lagunas que logran persistir han caído heces fecales y orines de las especies usuarias, fuente de sustancias nitrogenadas, alimento propicio para el desarrollo de colonias, preparado queda el caldo de cultivo para cianobacterias.

Los elefantes tuvieron que seleccionar sin saber que estas charcas y lagunas estaban afectadas por la “floración” de cianobacterias, obviamente para salvar su sed. Al tomar el agua las familias o manadas de elefantes africanos, ésta estaba contaminada de cianobacterias y sus toxinas. Enfermaron y murieron lamentablemente los paquidermos.

El vocero ambiental de Bostwana, nos consoló con la cuantificación de los elefantes en ese país. Él notificó que en su país aún existen cerca de mil doscientos cincuenta elefantes africanos los cuales están en buenas condiciones.

Como especulación nuestra, esto pudiera dar luz sobre las causas o algunos factores que contribuyeron a la extinción de los mamuts y mastodontes. En especial, de los segundos, los mastodontes que existieron en nuestro país amado, Venezuela, con evidencias que estuvieron en la Sierra de Perijá, Sierra de Los Andes, Maciso Lara-Falcón, en la Cordillera de La Costa en Carabobo y Aragua, en Orierte y el estado Bolívar. Eso fue hasta hace unos diez mil años. Aunque hay solo evidencias de Dos fósiles de que pudieran haber sido cazados y comido por humanos, no pudiera explicar la desaparición de los mastodontes en nuestro país.

Pero cuando tomó un nuevo camino el río Orinoco, dirigiéndose al este, la abundante diversidad biológica se vio obligada a tomar agua de charcas residuales. Quizás pudiera haber pasado lo mismo a los mastodontes, tal cual a los elefantes africanos del Delta del río Okavango.

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