Lejano, novelesco y lúgubre (El romanticismo inglés - Parte II b)

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Estimados lectores, en el pasado post (ver aquí) suspendí la presentación de Lord Byron, que ahora retomo y continúo con otros autores.

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No podemos dejar fuera la referencia a un texto importante en la obra de Byron: Don Juan. Se trata de un poema extenso (una novela en versos para algunos) de carácter satírico e irónico, en el que Byron recrea la leyenda de Don Juan, personaje que ya había aparecido en el teatro español -Tirso de Molina- y francés -Moliére- en el s. XVII. El Don Juan de Byron es un personaje que permite cuestionar la hipocresía y normas de la sociedad, así como defender la libertad y la sensualidad. Leamos un fragmento del inicio (en una versión en prosa), donde algo de esa visión de Byron se deja traslucir:

Portada de una edición del libro Fuente

Cuando Juan cumplió dieciséis años era un camarero alto, hermoso, quizás un poco femenino, vivo, fuerte, bien formado y arrogante; alegre y desenvuelto como un pájaro. Cómo lo veían, excepto su madre, lo miraban ya como se mira a un hombre (...). Doña Inés se enfurecía y se mordía los labios nerviosos, asustada hasta la muerte, porque el hecho de que Juan representara tan graciosa y precozmente la virilidad, resultaba ser lo más criminal del mundo para ella.
Entre los muchos conocimientos y amigos de don Juan, todos ellos elegidos por la prudencia y la cuidadosa devoción de su madre, había una bella doña Julia, a quien se le llamaba bella en suave justicia. Sus mil encantos eran tan naturales para ella como el aroma y el tacto suave de las flores, la sal en el océano, toda la belleza de Venus y el amoroso arco del dios Cupido. El color de ébano de sus ojos orientales acreditó el origen de su sangre.
(…)

(Puede leer el texto completo en este enlace)

Mary Shelley, entre la novela gótica romántica y la ciencia-ficción

Retrato de Mary Shelley, por Richard Rothwell, 1840 Fuente

Como hemos apuntado, Mary Shelley (de nombre de soltera Mary Godwin) es la autora de Frankenstein o el moderno Prometeo. Natural de Londres, donde nació en 1797 y murió en 1851, incursionó en la novela, la dramaturgia, el ensayo y la biografía; sostuvo ideas políticas y con respecto a la mujer de corte radical, por influencia de su padre y de su madre. Desde 1814 mantuvo una relación amorosa con el poeta Percy Shelley, con quien se casó en 1816. En este año, estando en Suiza la pareja, durante una velada en la casa de Byron, ideó la creación de la novela Frankenstein, que sería publicada en 1818.

Frankenstein se inscribe en la tradición de la llamada "novela gótica", cuyo inicio convencional se fija en 1765 con El castillo de Otranto de Horace Walpole. Este subgénero de la considerada narrativa de terror se desarrollará durante la segunda mitad del s. XVIII y el s. XIX, y, asumido por el romanticismo, será un modo de oposición al racionalismo imperante. Su nombre se deriva de un renacimiento del gusto por lo gótico, en otras palabras, por lo medieval, asociado a castillos y monasterios, a una iconografía compuesta por cementerios, fantasmas, demonios, vampiros, etc. En suma, se trata de una estética que revindica lo lúgubre y lo fúnebre. Como dice Eco, "la belleza puede expresarse ahora haciendo converger los contrarios; de modo que lo feo no es la negación, sino la otra cara de la belleza". Y por esa vía se llegará a lo grotesco (pero eso lo dejamos para cuando hablemos del romanticismo francés).

Portada de Frankenstein publicado en Londres en 1831 Fuente

Pero también Frankenstein es, de algún modo, iniciadora de la ciencia-ficción, aunque sólo como un amago. Recordemos su historia: el joven estudiante de medicina Víctor Frankenstein, obsesionado por conocer los secretos de la vida, realiza un experimento en el que hace una criatura de la unión de partes de cadáveres humanos. Este monstruo cobrará vida propia y cometerá varios crímenes como forma de expresar su odio y venganza por el rechazo del cual es objeto. En un encuentro con su creador, logra convencerlo de que le cree una compañera; Víctor, quien había accedido, destruye su nueva creación. El monstruo asesina, entre otros, a la prometida del joven, quien decide perseguirlo hasta acabar con él; en este intento, muere y el monstruo decide poner fin a su propia vida.

Observamos, la conjunción de los elementos de terror y de ciencia-ficción, todos en el marco de una visión tocada por lo romántico (no es casual su referencia a la figura mítica de Prometeo).

Leamos, del final de la novela, la imagen de ese monstruo que el romanticismo "embellece":

Pero es cierto que soy un desgraciado. He asesinado a los adorables e indefensos; he estrangulado a los inocentes mientras dormían y he agarrado hasta la muerte su garganta, que nunca me hirió a mí ni a ningún otro ser vivo. He dedicado a la miseria a mi creador, el espécimen selecto de todo lo que es digno de amor y admiración entre los hombres; lo he perseguido hasta esa ruina irremediable. Allí yace, blanco y frío en la muerte. Me odias, pero tu aborrecimiento no puede igualar a aquello con lo que me considero a mí mismo. Miro a las manos que ejecutaron el acto; pienso en el corazón en el que se concibió su imaginación y anhelo el momento en que estas manos se encuentren con mis ojos, cuando esa imaginación ya no persiga mis pensamientos.
(…)
Hace algunos años, cuando las imágenes que este mundo me ofrece se abrieron por primera vez, cuando sentí el calor alegre del verano y oí el crujido de las hojas y el gorjeo de los pájaros, y todo esto era para mí, debí haber llorado para morir; ahora es mi único consuelo. Contaminado por los crímenes y desgarrado por el remordimiento más amargo, ¿dónde puedo encontrar descanso sino en la muerte?

(De la historia de Frankenstein existen numerosas versiones llevadas al teatro y al cine. De las versiones cinematográficas es muy recomendable la realizada por el director inglés Kenneth Branagh, de 1994, con Robert De Niro). Aquí su tráiler:

Referencias bibliográficas:

Abrams, M.H. (1992). El Romanticismo: tradición y revolución. España: Edit. Visor.
Byron, Lord (1999). Obras escogidas. España: Edicomunicación.
Eco, Umberto (2004). Historia de la belleza. España: Lumen.
Poetas románticos ingleses. Antología. (1999). España: Edit. Planeta.
Shelley, Mary (1971). Frankenstein o el moderno Prometeo. España: Montesinos Editor.

Siempre agradecido por su atención. Hasta el próximo post,

que será sobre Romanticismo francés.




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Estoy siguiendo sus últimos artículos y me están gustando mucho. Reciba mi enhorabuena.
Aquel verano, que no fue tal, de 1816 en la villa de Lord Byron compartiendo aquellos días con la pareja Shelley se escribieron historias y cuentos terroríficos que fueron obras muy importantes del romanticismo.
La joven Mary Shelley, con su gran talento, escribió Frankenstein, donde describió, entre otras cosas, el terrible sentimiento del monstruo renacido al ser rechazado por su creador.
Reitero mi enhorabuena por la calidad de sus publicaciones.
Un saludo

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Muchas gracias por su lectura y valoración. Quise indicar algo de lo que dice en mi texto, pero lo hacía más largo (y con esto hay que tener cuidado en Steemit, pues a sus usuarios no parece gustarles textos extensos). Sí, de esa "tenida" resultó también la primera novela occidental del vampiro, la homónima de John William Polidori. Reciba mi saludo, igualmente.

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No conocía nada de Mary Shelley, me pondré a investigar más sobre ella.
Al leer entendí un poco más la frase que utilizan para los hombres "don Juan", apetecido por las mujeres entre el temor de la madre.
Un post excelente de principio a fin, tenga una feliz semana amigo @josemalavem

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Gracias por tu lectura y comentario, @issymarie. Hay que leer a los románticos originarios (los del Romanticismo como movimiento del s. XIX). Generalmente se usa el término y no se conoce su origen y sus rasgos histórico-culturales. Saludos.

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Como siempre es un placer aprender de tus conocimientos literarios @josemalavem, se convierte en una clase agradable y queda ese gusto de querer saber más. Gracias por compartir. ¡un abrazo!

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Estaba leyendo y al llegar a ese nombre Victor Frankenstein me emocioné. Gracias por toda esta gala de sobriedad, este relato hizo que mis emociones se relajaran a imaginar tanta belleza masculina. Gracias por tanto talento amigo @josemalavem

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Gracias por tu comentario, @lisfabian. No sé si lo entiendo bien... Frankenstein científico y Frankenstein monstruo son, de algún modo, imágenes en el espejo. Pareciera que en el fondo hubiese sido la intención de Mary Shelley. Saludos.

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Estimado amigo @josemalavem, contigo recuerdo y aprendo, es decir aprendo doblemente, gracias por esta publicación y espero que sigas con ellas. Bayron fue uno de mis escritores favoritos y en cuanto a Frankenstein, es buen recordar que su nacimiento fue literario.
Mi aplauso y un abrazo en la distancia.

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Gracias, amiga @mllg. Entre otras cosas, desde hace meses estoy haciendo el seguimiento del origen y el desarrollo de la modernidad literaria, solo que hasta estos posts lo hacía sólo en inglés (en ADSactly); en eso sigo. Se habla mucho de Byron, pero pocos lo han leído. Pasa igual con Frankenstein o Drácula; muchos creen que son figuras creadas por el cine; ni idea de que ambos son criaturas inicialmente literarias.
Saludos.

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Te imagino metido de cabeza en los libros, siempre aportas temas que ni idea tenia, es bueno aprender de la mano de personas que si saben de estos temas. @josemalavem

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Gracias por tu consideración, @sacra97. He sido lector desde muy joven, y luego mi carrera y desempeño como docente universitario han intensificado esa actividad y, además, me han conducido a la investigación. Saludos.

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Caramba me atrevo a decir que muchos sabrán de Frankestein más no de su autora. Interesante

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Así es, lamentablemente. Pasa con otras figuras, como Drácula, por ejemplo: muy pocos han leído a Bram Stoker, también escritor del romanticismo inglés. Gracias por tu lectura, @erilej.

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