Ella corría en la noche por el bosque, temblando aún su cuerpo adolorido , llorando sin cesar, las sombras de los arboles dibujaban sus monstruos más cercanos, se tropezó y calló al piso, sintió venir algo de entre las ramas, volteó, y de repente tenía en su cuello clavado los colmillos de aquél sujeto de capa oscura, intentó gritar más no pudo, su miedo mantenía su voz muda.

El sujeto de capa oscura al absorber un poco de sangre de aquella frágil chica pudo ver todo su pasado: la perdida de sus padres a muy corta edad, una vida de servidumbre en casa de su tía, y la violación por parte de su primo esa misma noche, y él hizo algo que nunca antes había hecho, dejar su presa con vida.

De esos seres poco se sabía, le llamaban Vampiro, asesinos nocturnos, chupa sangre., y él contempló la tristeza en el rostro de Janise y se compadeció de ella.

“De ahora en adelante tendrás otra vida” dijo él, y luego se marchó sin dejar rastro, dejándola en medio del bosque.

Comenzó a llover y ella lloraba tocando su cuello, la sangre se deslizaba hasta su pecho, tirada en el piso y extremadamente nerviosa, una noche que jamás olvidaría la pobre Janise, se quedó dormida. Su vestido azul de amplia falda desgarrado y enlodado al igual que toda ella, su cabello color miel completamente sucio y enredado, su cuello y parte de su pecho con sangre.

Entre las ramas de los arboles se cuelan los primeros rayos del día, la lluvia pasó y el verdor se extiende claramente, Janise de pronto despertó gritando, sentía que algo quemaba su piel, se levantó y corrió buscando agua para aliviar su dolor, no encontró agua, pero notó que su dolor se calmaba bajo la oscuridad de los arboles, cerró sus ojos, la luz del día le afectaba profundamente, allí agachada, lloraba sin entender lo que le sucedía; se sentía totalmente desdichada.

Llegó la noche y Janise se sentía frágil, con tanta hambre, corría con una velocidad inexplicable, como un animal que busca su alimento, por instinto, por olfato, fue al pueblo más cercano, vio a unos mendigos en un callejón y aún gato, sentía un ansia que devoraba sus intestinos, podía escuchar el sonido leve del flujo de la sangre en los presentes, aquel deseo incontrolable de probar la sangre prevalecía en ella, y sin pensarlo se lanzó sobre el gato absorbiendo toda su sangre, los dos mendigos escaparon de allí despavoridos.

De pronto el vampiro que la convirtió estaba a su lado, la tomó de su mano y pensó qué almenos ella conservaba su humanidad, puesto que prefirió no lastimar a ningún humano.

“ ven conmigo ” le dijo el vampiro, cuyo nombre es Ray.

Se fueron juntos, Janise ya no le temía, al contrario, segura estaba de que él la ayudaría y no tenía más nadie en quien confiar, en quien apoyarse, y ya no tenía nada que perder. Su nueva vida estaba por comenzar.

Ray le mostró su mundo y lo que representaba, las ventajas, las oportunidades, las riquezas, la lujuria, el libertinaje, el poder de manipular a los demás,

Janise en el tiempo personificó tantos roles, vivió tantas aventuras como pudo, sació todos sus deseos en distintas formas. La oscuridad le daba vida, el amanecer descanso.

Janise estaba en la cima de un rascacielos observando las luces nocturnas de Japón, recordando al más grande amor de su vida, Neilson, al hombre al que amó con toda el alma y jamás pudo olvidar, en eso llegó su amigo Ray el vampiro, después de unos cuantos años sin verse.

Ray es un hombre cansado de vivir, a visto la vida repetirse incansablemente como una rueda que no se detiene, la inmortalidad ya no le causa felicidad, al contrario, soledad y desesperación, es científico y ha estado por años detrás de la cura de esta eternidad infernal como él la llama, su búsqueda y sus investigaciones le han hecho sufrir al darse cuenta de los resultados, pero en esta ocasión se pinta una sonrisa en el rostro de Ray, aparentemente logró obtener una respuesta positiva.

Continuará ...