En estos días esto ha estado en boca a de todos, el estreno del primer episodio de Venezuela shore que intenta emular a otras versiones como Acapulco Shore pero ubicado en lechería, Estado Anzoategui. Entre controversias por aparentemente no tener permiso de MTV para realizarlo y estar bajo investigación (porque el gobierno tiene como prioridad cerrar un programa y no enfocarse en cosas realmente importantes), el capítulo logro la fama que tanto deseaba, aunque fuera de forma negativa.

Muchos se quejaron de esto, algunos argumentando que sería un despilfarro de dinero, que no había buena producción, que era la “versión pobre” de los otros “shores”, malas actuaciones, etc. Reflexionando un poco, me di cuenta que la mayoría de la gente se quejaba por razones bastante superficiales, es decir, de la falta de dinero que tenía el capítulo, me explico: los actores son “influencers” venezolanos, que no poseen grandes dotes de actuación, y tampoco poseen cuerpos “explotados” visualmente atrayentes (no en comparación con otras versiones donde los hombres son musculosos y las mujeres exuberantes). Sumemos el contexto donde nació este programa: un país sumergido en una crisis económica sin precedentes que ha obligado a cambiar de mentalidad, que botar cualquier pedacito de comida es un crimen, donde debemos conformarnos con la comida que se consigue y donde prácticamente está prohibido un “gusto”.

Integrantes de Acapulco Shore
Fuente: diariometro.com

Con todo esto en mente, me surgió la siguiente hipótesis: si esta serie hubiese nacido hace unos cuantos años atrás, cuando la crisis aún no estaba presente, hubiera sido perfectamente disfrutable por el público venezolano. Los participantes me recuerdan a como era el venezolano clase media de hace unos años, es más, encajan con las representaciones de venezolanos clase media-alta que hacen en las novelas nacionales.

Integrantes de Venezuela Shore
Fuente: http://www.lasopa.com

No se están quejando que esta serie solo reproduce los excesos como algo positivo como las anteriores entregas, sino la baja de calidad. A mí en lo personal estos programas no deben tomarse muy enserio, ya que solo son entretenimiento basura, catapultas para que la gente se haga famosa, que sirven para matar el aburrimiento o distraerse, ni más, ni menos. Pero ese no parece ser el problema, la cuestión parece estar que no hay suficiente atractivo visual ni una población que se identifique (o quiera identificarse) con dichos jóvenes. Esto puede ser algo hipócrita si las personas que se indignan con este programa han disfrutado de los anteriores. ¿Acaso en esencia no son exactamente lo mismo?

Fuente: lapatilla.com

En pocas palabras, si esta serie hubiera nacido en otros años, donde tuviera más ingresos y una población diferente, seguramente hubiese sido un éxito y los participantes se hubieran vuelto el anhelo de muchos jóvenes: tener dinero, estar en fiestas, sexo y alcohol sin control o preocupación. Así que creo que hay que bajarle un poco a la indignación con este programa, que no me mal entiendan, si es bastante ridículo, pero no es muy diferente a otros programas ridículos que la gente disfruta.