Naranjas a 100 dólares

Era el primer día de Andrés como vendedor ambulante. Tal vez era su novatada lo que lo iba a hacer pasar un sinnúmero de humillaciones e insultos de los transeúntes que pasaban a diario por la plaza de barrio. Allí estaba parado vendiendo sus naranjas desde la mañana hasta entrada la noche.

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Se veía siempre preocupado, pero no lograba vender ni una sola de sus naranjas, las cuales tenía exhibidas en una pequeñas cesta que ataba a su cuello. Y es que la gente cuando leía el letrero que decía: 1 naranja 100usd, exclamaban: ¿100 dólares una naranja, estás loco? y seguían su camino. Él sólo atinaba a decir: Es que son naranjas especiales.

Ya en su tercer día vendiendo, el desespero era cada vez más grande, pero Andrés seguía firme en su propósito de vender sus costosas naranjas, siempre diciendo que Dios no lo iba a dejar padecer. Justo en ese momento, un chico pasaba por el frente de él y al sacar su celular que estaba repicando, deja caer su billetera. Andrés se da cuenta y rápidamente la toma, fijándose que dentro de ella había mucho dinero. Inmediatamente piensa en salir corriendo, total con el dinero que en ella había podía solucionar el problema que lo atañaba.

Pero no lo hizo, tomó el camino correcto y llamó al chico para devolverle la billetera. El chico la toma asombrado y dándole las gracias, le pregunta: ¿Por qué vendes tus naranjas tan caras? Es que señor, tengo a mi mamá hospitalizada y requiere de una cirugía que cuesta 2000 dólares que yo no tengo. Entonces en vez de robar, preferí comprar 20 naranjas y venderlas a 100usd cada una, así reúno el dinero. ¿Pero por qué no tomaste mi billetera y saliste corriendo? Total, dentro de ella hay más de 2000 dólares? No lo hice porque confío en Dios que me va a ayudar, además no soy ladrón, prefiero romperme el lomo trabajando antes que robarle nada a nadie.

EL testimonio dado por Andrés conmovió al chico, el cual le compró todas las naranjas. Llorando no paraba de agradecerle, ya que hasta ese día tenía chance de reunir el dinero para operar a su madre.