Autor: Jean Carlos Villamizar #team-mexico

Todo dicho fuera de tiempo, de alguna u otra forma, duele. Los silencios prolongados, duelen a más no poder. Socavan tu espíritu, ya que, cuando esperas a que terminen con alguna palabra, siguen allí, inertes e inamovibles. Y ojala vinieran solos, pero siempre están acompañados de muecas de desdén. Por ejemplo, uno que otro giro del cuello de esa persona, deja ver un desprecio inherente al silencio.

Allí podríamos estar hablando, de los silencios, que encubren desprecio. Los silencios que encubren indiferencia, generalmente, van acompañados de convenientes escapes. Retiradas del lugar donde la persona esta, detalles que dejan ver, que no eres alguien, que merece la atención de aquel, que le es fiel al dichoso voto de silencio.

Y es que, patrocinadas por el silencio, una buena parte de las desgracias del ser humano, se han llevado a cabo. Y tiene sentido, los asesinos no van a estar proclamando a los cuatro vientos quien será su víctima. Tampoco los ladrones, van a publicar en el periódico a los cuatro vientos, que es lo que van a robar.

Hasta donde tengo razón de ser, ningún estafador da un discurso público magistral, sobre su próxima estafa. Digamos que estos asuntos, que implican silencio, tienen su naturaleza implícita. Pero no sería justo decir, que el silencio solamente encubre a la maldad. También el amor se cocina a fuego lento, en los corazones de las personas, y ese es un proceso, que se lleva a cabo en el umbral del silencio.

También hay personas que ayudan a los demás, detrás de las cortinas del silencio. Quizás, para salvar la dignidad, de la persona que recibe dicho acto de bondad. Y dejar claro que, sus actos fueron motivados por la humildad. Lo cierto es que, por paradójico que parezca, el silencio habla.

¿Y cuál es la razón? Simple y llanamente, el silencio es una acción, una decisión, y por medio de las decisiones que las personas toman, podemos llegar a conocerlas. Así que, los silencios que me permití describir, son tan solo unos pocos. Yo diría que hay tantos tipos de silencios, como colores en el arcoíris.

Así que está en ti, si vas a usar algunos de estos silencios para bien o para mal. Pero hazlo bien, ya que el tiempo, tarde o temprano soplara, y después que la nube de polvo se disipe, tus verdaderos motivos podrán verse claramente.