Una breve explicación del Arte Onírico

El arte ha sido siempre el dominio del alma. Incluso el arte más racionalista está impulsado por las profundas motivaciones, sentidos y necesidades expresivas de su autor. Yo he aprendido que podemos leer, hasta cierto punto, los motivos de cada artista, estudiando sus obras, aun si él no procuró de modo consciente mostrar sus valores más íntimos al mundo... ellos se filtran inevitablemente a través del movimiento creativo de su mente.

Logramos comprender esto con mayor precisión cuando nos involucramos con la propuesta psicológica del “trabajo interno”. Por medio de procedimientos imaginativos activamos nuestra creatividad, y permitimos a nuestra mente expresarse libremente, entregar sus propias historias sin una dirección preconcebida o intención (como siempre ocurre en los sueños). Sin embargo, en un análisis posterior, podemos comprobar frecuentemente que esas historias cuentan con claridad los retos psicológicos específicos que la persona está enfrentando en su vida.

Estas prácticas evidencian el movimiento de nuestro inconsciente, un ámbito de la psique humana que conserva todos los sentidos que guían a nuestras acciones y decisiones, aun si no somos conscientes de sus procesos.

Así, en este sentido, toda forma de arte es, en cierto nivel, arte onírico, puesto que brota de las dinámicas psíquicas del mundo inconsciente (que es el mismo mundo de los sueños). Pero hay una diferencia entre experimentar estos procesos de modo inconsciente, que participar conscientemente en ellos, cosechando sus beneficios para un uso deliberado en nuestras vidas.

Eso es lo que nosotros, artístas oníricos, practicamos en nuestra vida diaria. Conscientemente tomamos los productos de nuestros reinos inconscientes y los materializamos en obras de arte para beneficio de nuestros asuntos: para obtener inspiración en nuestro trabajo cultural, para embellecer nuestras vidas, para explorar los profundos significados que podrían traernos soluciones y sabiduría a nosotros, y a nuestros seres queridos y comunidades... Es un uso muy chamánico, o más precisamente, un uso proto-chamánico.

Como podrás observar en mi próximo ejemplo, el valor del asunto no reside en las técnicas utilizadas o en la destreza del creador. Esto es arte por el arte. Nos importan más los sentimientos y los significados que lo llamativo del resultado. Su valor terapéutico es, para nosotros, más importante que su valor comercial.

Por supuesto, si estás dispuesto a transformar algunas de tus imágenes oníricas en obras de arte de alta calidad, para vender o para llamar la atención (objetivos que son perfectamente respetables), deberás desarrollar tus destrezas artísticas para hacerte capaz de crear productos sorprendentes, complejos y espléndidos. Quisiera entusiasmar a todas las personas en dirección a ese aprendizaje, porque la aventura artística es una de las experiencias más significativas y satisfactorias de la vida humana. Pero quiero dejar claro que eso no es estrictamente necesario, para recoger los frutos de nuestras almas en la práctica del arte onírico.

La Torre de los Espíritus

Hice esta sencilla obra de arte según esos procesos, hace algunos años. Fui a dormir y observé esta extraña escena en el estado hipnagógico: el nivel intermedio en el proceso de adormecimiento, cuando estás a punto de entrar en un estado de consciencia más profundo, pero aún no has perdido tu consciencia de vigilia. Los onironautas llamamos a esa fase el puente, porque es una transición entre el mundo de vigilia y el mundo onírico.

Como estaba aún despierto, realicé un pequeño esfuerzo para guardar en mi memoria los rasgos fundamentales de la visión, describiéndolos brevemente y repitiéndolo varias veces, verbalmente. Algo como:

Ok, tomemos esto: Torre negra alta, hecha de hoyos circulares; colores cálidos en el cielo de fondo, nubes rojas y amarillas... Torre negra alta, hecha de hoyos circulares...

Te darás cuenta que no es necesario ser exhaustivo en esta descripción. Funciona como una nota en nuestra agenda, un simple recordatorio: describes los elementos generales y los más relevantes, y tu mente lo recordará vívidamente más adelante, de manera total.

También es interesante notar que, haciendo ese esfuerzo ligero en ese estado particular, tu mente tiende a recordarlo con gran fuerza en tu estado de vigilia. Eso es otro punto a favor de la afirmación que las mejores prácticas mnemónicas deben incluir un estado de relajación. En publicaciones posteriores hablaré sobre tales prácticas de memoria, que son inmensamente beneficiosas.

Seguidamente escribí esas descripciones y comencé a dibujar un borrador rápido. Le apliqué acuarelas (sólo negro, rojo y amarillo) y lo dejé secar. Luego lo digitalicé y comencé a jugar con la obra en Gimp, hasta finalmente llegar a una versión definitiva.

La comunicación con los sentidos

Algún tiempo después de mi proceso creativo mostré mi obra a varios amigos por separado. Quería obtener sus opiniones acerca de cuáles eran los sentidos que la imagen les inspiraba. Es como un juego psicológico, en el que las personas explican los sentimientos y significados que ellos extraen de algún dibujo.

Todos mis amigos expresaron de forma invariable algunas ideas que estaban fuertemente relacionadas con mis propios sentimientos acerca del sueño y la visión. Y todas esas ideas eran inmensamente importantes en mi vida interna, para mis retos existenciales y la constitución particular de mi psique.

Entonces, como lo he dicho, esta poderosa y sana práctica artística tiene más que ver con los sentidos que con la calidad técnica de nuestros resultados.

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Nota final: Tú puedes reformar las formas y detalles de la visión, como parte del posterior proceso artístico. Eso no sería un problema o una tergiversación de sus sentidos, mientras lo hagas siendo fiel a tus propios sentimientos e inspiraciones. Como lo expliqué, el proceso creativo emerge del mismo lugar que nuestros sueños; por lo tanto, las reformas en cualquier visión onírica son sólo una continuación del sueño mismo.