Transformarse en el amor

Con frecuencia queremos cambiar el mundo, nos preguntamos por dónde podemos comenzar, pero evidentemente si reflexionamos mejor la respuesta debe ser por nosotros mismos. Debemos aprender a transformarnos en el amor, en lo bueno de la vida.

Cuando tenemos la voluntad de cambiar podemos expandir este deseo, que llegue a nuestro entorno, transformar también al mundo, si este cambio lo hacemos aferrados en la fe, entonces con ese mismo amor cambiaremos a los demás.

En ningún momento quiere decir que no aceptemos las diferencias, o lo que hace singular a cada cual, al contrario, abrazamos las diferencias porque cultivamos los sentimientos de aceptación, cuando nos transformamos en el amor compartimos la nobleza haciendo bien y expresando nuestros sentimientos de forma clara, pero sin herir sentimientos.

Entendemos que cambiar al mundo no significa eliminar aquello que no nos gusta, es simplemente colocar un poco de nosotros mismos para que en la infinita bondad el bien se multiplique y quizás nosotros nos adaptemos o mejoremos nuestro entorno. Esto con acciones positivas, ayudando a los demás, enseñando al que quiere aprender, acompañando a los adultos mayores, sumándonos a campañas ecológicas, divulgando noticias positivas o hasta haciendo reír.

Transformarse en el amor es apreciar las oportunidades de la vida, maravillarnos en la sorpresa de cada mañana, vivir y agradecer los regalos inesperados, también, significa no detenerse, vibrar con una frecuencia de armonía y siempre enfocarse a la superación de adversidades.

Es verdad que el sufrimiento puede rondar nuestro mundo, pero todas las tempestades pasan, nada malo perdura, y nosotros como seres humanos evolucionamos, paso a paso nos convertimos en aquello que queremos reflejar.

Transformamos en el amor, nos conduce a sentimos en la inmensidad del sentimiento de armonía en la familia, de comprensión entre los seres que viven en pareja, reflejamos la compasión entre los semejantes y somos auténticos porque logramos la mejor versión de nosotros mismos.