Desarmando los sentimientos

Me siento en el sofá a reclinar mi cabeza, otra vez las lágrimas me quieren ahogar, busco dentro y allí está el culpable, es ese miedo que no me deja en paz. Ruego que amanezca, el sol me hará olvidar que pasé la noche en vela tratando de olvidar.

Quiero olvidar el pasado, quiero borrar el dolor, la muerte, los malos, los que siembran el rencor, los que matan sin piedad y hasta los que aman a traición. Y entonces ¿Cómo harán la clasificación? Distinguir sociedades es aterrador. Esto es una trampa mortal que al mundo se lanzó, obra demoníaca de la mano de un sólo sol.

Ya es tarde para abrir un portal a otra dimensión, ya retumba el miedo en un pequeño corazón y los mortales tenemos la tarea del amor. Quizá la fuerza que repliega lo dañado es solo el poder de Dios. Desarmando los sentimientos, me hago débil y abstracta pero fluye la esperanza por la fe que vive en mi e inicia el juego de sentir.