Simone y El Camino de Moisés - Historias de viajes

Los Roques son un grupo de islas o cayos que están en las aguas del Mar Caribe en Venezuela. El año pasado viajé a esas hermosas islas venezolanas y fue una experiencia inolvidable. El primer día llegué al Gran Roque, esta es la isla más grande y allí me hospedé en una posada.

Caminé por las calles de la isla y pude ver que no había modernas edificaciones, ni centros comerciales, ni hoteles y esto es debido a que la isla es un parque nacional, y por lo tanto se conserva en su ambiente natural.

Figura 2.

Al regresar a la posada vi a una joven morena de ojos verdes que salía muy apurada —¿No vas al faro? —dijo ella mirándome con sus ojos esmeralda—. Todos vamos a ver el atardecer. La seguí junto a un grupo de turistas de diferentes nacionalidades: estadounidenses, franceses, holandeses y japoneses. En el camino al faro nos conocimos, ella se llamaba Simone.

Figura 3.

En un cerro estaba el faro y era una vieja estructura, casi en ruinas, construida por holandeses muchos años atrás, allí pude ver un hermoso atardecer con Simone y todos los turistas. Simone me contó que su madre era brasileña y su padre era español, ella había nacido en España, así que Simone era una mezcla de europeos y latinoamericanos.

A la mañana siguiente tomamos una lancha y nos fuimos a un cayo llamado Francesquí, el blanco de sus arenas y el azul del mar eran increíbles, sus aguas cálidas y cristalinas me hacían sentir en un verdadero paraíso tropical.

Nos divertimos muchísimos disfrutando del sol y el mar del cayo Francesquí, a pesar de que no hablábamos el mismo idioma, allí pude conocer a personas provenientes de diferentes países.

Al día siguiente fuimos al cayo Dos Mosquises allí visitamos a La Estación Biológica Marina de Los Roques y pudimos ver los estanques de agua con tortugas en cautiverio y en peligro de extinción. Ellas permanecen allí por dos años y luego son devueltas al mar.

Figura 4.

El último día tomamos de nuevo una lancha y después de una hora y veinte minutos llegamos a Cayo de Agua, para Simone esta era su tercera visita a estas islas así que las conocía bien. —Moisés separó las aguas del Mar Rojo, pero ahora aquí, en este cayo de Los Roques, se separarán las aguas para que nosotros caminemos entre dos mares —dijo Simone al grupo de turistas quienes asombrados, al igual que yo, comenzamos a caminar entre dos corrientes en direcciones opuestas.

Caminamos mirando el mar, luego nos detuvimos en medio del camino y Simone dijo que nos tomáramos de las manos, hicimos un círculo y nos abrazamos como símbolo de amistad entre personas de diferentes países, ese día conocí en el Camido de Moises de Los Roques a mis amigos: Simone de España, Akemi y Akihiko de Japón, Collete y Allen de Estados Unidos, Claudine y Adrien de Francia y Vincent y Angelien de Holanda.

Amigos del mundo y por siempre.