Frases desordenadas para el día de la madre pt. 2.

^{Este escrito es parte de las cartas personales que le entrego a mi mamá en sus cumpleaños o días de la madre. Espero que ustedes la disfruten y tenga idea de como abordar sus sentimientos hacia sus seres especiales.}

^{Fotografía de la galería familiar. Diciembre, 2002. Mi madre y yo.}

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Hoy mismo encontré una joya hermosa y preciosa en mi mano, la lleve a mi corazón y te vi a ti, madre, sonriendo.
Había una vez una madre sonriendo, mientras amamantaba a su bebita recién nacida. El calor que se transmitían ambas era agradable. Ella no pensaba en si después de unos instantes, en vez de sacarle los gases, su hija iba a vomitar. Delicada como ella misma, porque había nacido enferma del corazón, estaba tomando ávidamente más que otras veces.

Una canción de cuna salió de la boca de la mujer.

—¿Te enciendo la televisión, hija? — le pregunta la madre de la madre, llegando a la habitación.

La canción de cuna cesó, la bebita se durmió, y la madre vio televisión con su madre. Pero la magia seguía en el momento. Y, lamentablemente, nunca enmarcado en una foto. Amar sin condición, dar protección y un hogar.
Madre eso es lo que siempre me has dado; tus errores y mis aciertos me hicieron lo que soy ahora, y no puedo estar más alegre por ello… Inmensamente agradecida de tener a mi lado a una de mis creadoras más cercana…No puedo dejar de pensar lo mágico que seas mi madre, antes que mi mejor amiga. Te amo infinitamente y sé que tú también.
Amar sin condición, a pesar de que yo tengo una condición desde que nací, a pesar de los peligros…aceptaste que yo soy tu hija y no valía más nada ni nadie, si no yo en esos momentos. Te hice experimentar el se madre por primera vez y fue tremendamente fuerte el miedo, en ese entonces…Hoy espero que cuando me veas sonreír y dar saltos de alegría, hayan valido las canas y que se te congelara la sangre varias veces en tu vida por mi culpa.

Dar protección, como una de las más fieles guerreras de la batalla. Blandiste tu espada para guardarme, a pesar de que estuvieras débil o ciega en los momentos difíciles…Tu mano siempre se encontraba en la mía en las salas de esperas y hospitales. O cuando estaba llorando a moco tendido. Tú te levantabas, aún sosteniéndome y cuando la canción de cuna comenzaba:

“Mi bebé de mamá…” y le pedías todo lo que querías para mí, a Dios. Tardándose o en el momentos justos, los días oscuros, nos lo recompensó con las risotadas y sueños de ahora.

Un hogar; cuando conocí a otra madre además de ti, llamada “abuela”. Un buen regalo para una pequeña, era ese, otra protectora fiel. Era feliz junto al calor de ambas y estaba segura de los intrusos. A pesar de los años siguientes fueran difíciles para ti y para mí, después de la muerte de la abuela, estábamos arrinconadas en un pequeño cuarto y con varios intrusos...Nunca perdí las esperanzas del calor de madre. Es difícil ser una niña y mantener las esperanzas porque es lo que más odia los adultos que hagamos.

Una educación, la mejor de todas porque siempre quisiste lo mejor para mí. No importaba nuestra clase, mi país, o el lugar donde yo estudiaba o donde vivíamos… Yo iba del punto A al punto B, sin importar más nada que mi responsabilidad. Ambas somos víctimas de ella… Sí, una muy buena educación.

Errores…demasiados porque somos humanos. Pero sabiamente te he perdonado como tú has perdonado mis pequeños resbalos.

Felicidad; más que nunca, sonreímos con otra pequeña a nuestra lado. Nuestra familia de tres es inmensa por el poder y conexión que tenemos. Un equipo total…un trinomio cuadrado perfecto que brinda amor incondicional, protección, un hogar, educación y errores. Estamos aquí, con chistes internos y sueños en común, completamente vivas esperando la siguiente prueba con fe en nosotras y esperando el éxito que ya tenemos.

Madre… me has hecho la vida muy fácil. A pesar de mi independencia, me encanta estar en esta burbuja del trinomio, ser raras juntas es la mejor bendición que alguien me haya dado. Ser nosotras mismas es nuestro mejor escudo y tú lo has construido. Madre junto a tus dos hijas, sabes que nunca estarás sola, y los miedos de las canas completas, se irán cuando veas las maravillas que de adultas te mostraremos. Estás segura con nosotras y la burbuja que hemos mantenido con mucho amor, estará siempre aquí.