Mi cuerpo solo es la guarida de mi alma, solo donde abundan ríos de juegos macabros, donde se esconde el amor, en la niebla que acaricia mi máscara con su único amigo, abrigando solo el recuerdo en mis ojos del adiós de mis caricias.

Mi sonrisa decora mi mirada, de mi cuerpo alejado de la belleza, en mi vientre nocturno que embriaga mi alma en la angustia de la mentira.

Solo lloro porque todavía estoy vivo, hasta que mi último hueso debería temblar, ya que el mañana sigue iluminando mi existencia, en el espejo de la sombra sin rostro de mi alma, en un abismo sin vergüenza en una bóveda de oscuridad sin amor .