LOS RUIDOS DE LA GUERRA | Relato Original | Trauma | Psicología | Por: @nachomolina | (ESP)

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"Para quienes después de haber cumplido su deber en el campo de batalla, aun la guerra continúa... "


LOS RUIDOS DE LA GUERRA

La arena de la orilla bañada por la espuma, ondeaba en constante vaivén. La caminata en solitario culminaría en las montañas de piedra marcadas por cada era milenaria. Rojizas, negras, con algas incrustadas, nacaradas conchas, enredadas entre la porosidad como una sola materia.

Los troncos acallados en la orilla, posados en bancadas de arena, parecían naves de guerra. Me sorprendían y tragaban mi cuerpo hasta la cintura.wroclaw.naszemiasto.pl

El torrente de agua, era como el cristal, entre cascadas erosionaba las paredes amuralladas sin ninguna explicación, se prolongaban infinitas grietas, hasta unirse con el rojo sangre de la orilla. Como indicando mi destino; huir de los morteros, los truenos de la muerte en el beligerante conflicto del absurdo...

Atrapado por siempre, en mi prisión fuera del combate. El silencio y la tristeza, llevaron a refugiarme al pie de una montaña;lamenteesmaravillosa.com

Con signos de tortura sobre mi humanidad, siendo el daño en mi mente la peor cicatriz.

Debo transitar el archipiélago en diagonal, la profundidad del agua a pocos metros de la orilla es inmensa, las formaciones coralinas despedazarían mi cuerpo al nadar en contra de la resaca. Mejor seguiré por tierra, aún tengo fuerzas para enfrentarme cuerpo a cuerpo.

Constante es el frío entumecido, sensación de pánico que me hace caer de rodillas, a pesar de tanta luz, los colores de la arena, cielo y mar.iberoeconomia.es

Necesito esconderme, mi opresor se oculta sigiloso entre la niebla.

Terminaré por construir una balsa, pero el mar azul se convierte en mi peor enemigo.

Entre nubes de un día soleado, pude escuchar los motores, en su nueva estrategia para venir por los desertores. Dormiré abrazado a un fusil por siempre, revisaré cada día mi trinchera y mi campo minado.

Fueron años de maldad, de miseria. Empuño una granada de mano; escucho los gritos de auxilio...iberoeconomia.es

y el componente movilizado de este a oeste.

Tuve mucho que perder pero he conservado mi vida, eso es algo que ahora no está en juego. Me buscarán debajo de las rocas de ser preciso, saltarán sobre mi cuello al menor descuido.

Aun en este paradisíaco lugar, lejos de la civilización. De que vale una medalla de honor y el uniforme colgado entre azulejos.

Mi estrés post traumático se convierte en mi aliado, en mi tortura, mi paranoia invisible y cada día me previene de un nuevo ataque.

Porque los ruidos de la guerra me persiguen a donde yo vaya.

A pesar de que hace algún tiempo, la guerra ya ha terminado...


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Gracias por su apoyo,
Espero hayan disfrutado la lectura.


@nachomolina


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