La maldad en un agresor de animales

¿Podemos acaso tener una idea de cómo es una persona por la manera que traten a los animales? El tiempo, una persona y vivencias me hizo entender que sí.

Nunca había prestado atención en particular a como alguien trataba a los animales en las calles, siempre me preocupaba como eran tratados única y exclusivamente mis mascotas. Para mí, ellos eran parte de mi familia y ser dañados era algo imperdonable en mi hogar. Sin embargo, la perspectiva de cómo son tratados incluso los perros callejeros nunca me había generado una forma de determinar el perfil de una persona. Hasta que alguien me demostró que los actos hacia estas amorosas y especiales criaturas dice demasiado de un ser humano.

Comencé a salir con esta persona cuando tenía dieciséis años, siendo una niña no sabía cómo juzgar a las personas ni por sus apariencias ni por sus acciones leves. Realmente si lo hubiese podido hacer me hubiese ahorrado grandes problemas y disgustos.

El primer acto que se me presentó fue una tarde, cuando cierto sujeto se acercó a mi hogar. Mi querido perro siempre salía a recibir a todos los que llegaban, y a los que no consideraba tan gratos les mostraba sus no tan pequeños dientes entre gruñidos y babas. Aunque siempre aceptaba cada orden que le daba y por consiguiente cuando mostró su hermosa dentadura le pedí se calmara y así lo hizo, aunque siempre se mantuvo alerta a mi lado. Y ahí se hizo presente el mal comentario, lleno de ira y maldad, donde amenazaba a mí quizás no tan pequeña mascota en caso de morderle.

No sé si por desconocimiento o simplemente falta de intuición lo tomé como un comentario inofensivo lleno única, y exclusivamente, de miedo. Así que solo me reí del absurdo y grotesco comentario.
El segundo acto lleno de odio se presentó cuando mi pequeña perra del tamaño de una poodle, se acercó a dicha persona, por curiosear y conocer un poco a quien llegaba a su territorio. Con desdén pateo a la pequeña perrita, que era tan solo de diez centímetros de alto. Desde ese momento nunca más se volvió a acercar a dicho personaje, incluso cuando llegaba siempre se escondía. Esta oportunidad si me enfadé, le pedí no volviese a maltratar a mis mascotas, pero solo lo vio con burla y desasosiego, su comentario fue horrible, siempre amenazaba con maltratarla si se llegaba a acercar. Por consiguiente, cuando ella se emocionaba por mí, simplemente la tomaba en mis brazos y la alejaba del peligro.

Aunque sin duda es absurdo permitir que alguien tan dañino entre en nuestras casas, simplemente no analizaba lo mala que podía ser ésta persona.

El tercer y último acto fue el peor, y que simplemente trate de ocultar en lo más profundo de mi cerebro.
El reloj del tablero del vehículo marcaba alrededor de las diez de la noche. Había demasiadas personas en los pequeños asientos del carro; yo estaba sobre las piernas de mi prima, mientras la persona sin sentimientos conducía. Quizás fuese el exceso de alcohol pero el acto que presencie no tiene ningún tipo de justificativos. Luego de que el vehículo arrancara de la puerta de mi casa, a cinco cuadras de distancia, estaba un pequeño cachorro, tendría unos cinco meses, parado en el borde de una acera.

Las luces alumbraron su pequeña carita, recuerdo que era blanco con manchas marrones, y en su cara se dibujaba la tristeza. Por algún motivo, quizás miedo o desconocimiento el pequeño perrito corrió hacia la carretera.

Mis instintos siempre son señalarle al conductor que está un perrito en mitad de la calle, utilizando las palabras “Cuidado un perro”, y eso mismo hice en esa oportunidad, pero el abominable ser única y exclusivamente uso mi llamado de atención para acelerar. Sentí una punzada en mi corazón, lloré y me enfadé, ha sido una de las peores experiencias vividas.

¿Quién puede hacer algo así? Alguien enfermo, lleno de maldad.
Y no es una maldad que se manifieste única y exclusivamente para los animales. Es una maldad que se acumula y se ve reflejada también hacia otras personas. Yo fui una de esas personas.

Yo misma fui maltratada, destruida, quedé hecha pedazos. ¿Tuve señales para darme cuenta que esa persona es mala? Sí, muchas; pero las ignoré todas.

Cuando veas a alguien que maltrata a los animales, que los patea, le quiere hacer daño, esa persona tiene maldad y oscuridad en su corazón, nunca bajes la guardia, debido a que si es capaz de dañar a una criatura indefensa ¿Qué cosas no será capaz de hacer hacia ti, hacia tu familia, hacia los que amas?