Historia de Amor ❤ Acortando distancias (Primera parte)

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Saludos a tod@s mis lectores.

La historia con que hoy se deleitarán trata de ¿Cómo? dos amantes, a pesar de las adversidades, las diferencias ideológicas, de dinero, e incluso de raza, logran romper con todos los paradigmas y unir sus almas.

Mi historia data de hace 53 años, la historia de mis Padres.


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Blanca Sobella y Onofrio. Hace 53 años, siendo aún novios

Era la época de finales de los 60, dos familias. La primera, criollos, nacidos y criados en Ciudad Bolívar, en la zona que llaman Hueco Lindo. La segunda, inmigrantes, procedentes de una Italia en post-guerra.

Los criollos eran una familia muy humilde, el hambre se notaba por los rincones. Constaba de un padre que nunca estaba en casa y no aportaba dinero para la comida, una madre despreocupada de los hijos y solo pendiente de lo que hacía el esposo, y por último, 4 hijos (3 hembras y un varón) que no entendían mucho la realidad.

El tiempo pasó y la situación en esta familia no cambió. La hija mayor tuvo que hacerse cargo de los tres pequeños desde muy temprana edad.

Al llegar a la adultez, Olga ya con 19 años, conoce a un guapo hombre de nombre Francesco, de procedencia Italiana, ellos se enamoran y se hacen novios. A pesar de su edad, a Olga no le permitían salir sola con este chico, así que le pide insistentemente a su hermana Blanca, de 18 años y la más cercana a ella que la acompañe a una fiesta, un matrimonio, familia de Francesco.

Blanca fue siempre muy callada y no le gustaba salir, siempre se quedaba en casa, pero, a pesar de su timidez, accedió a acompañar a su hermana.

Llegaron a la fiesta y Blanca siempre seria, pero, a todos los que la invitaban a bailar ella accedía, un poco de mala gana, pero accedía. Hasta que llegó el protagonista de la historia, Onofrio.

Onofrio invita a Blanca a bailar y ella acepta, pero lo que ella no sabía era lo mal que bailaba el muchacho. Al intentar nuevamente Onofrio invitar a Blanca a bailar, ella, se niega por completo.

Esto entristece un poco a Onofrio, pero, él no se quedó tranquilo, la flecha del amor había tocado su corazón. Intentó en varias oportunidades sacarla a bailar pero ella seguía diciendo que no y esto a Onofrio lo enfurecía y retaba a la vez. Él tenía que ganarse el cariño de esa chica a como de lugar.

Termina la fiesta y cada quien regresa a sus vidas, como si nada hubiera pasado.

Los días pasaron y Blanca notaba que un carro verde pasaba por el frente de su casa todos los días a la misma hora e incluso varias veces.

Hasta que un día, por fin, el chico decidió bajarse a saludar.

Ella un poco confundida y sin recordar la cara de aquel joven, le preguntó su procedencia, a lo que Onofrio respondió:

  • soy uno de los chicos de la fiesta con quien bailaste, y me gustaría invitarte a salir -; por supuesto, Blanca le dijo inmediatamente que no.
  • estás loco, yo no te conozco, no sé quién eres, como puedes venir aquí así nada más e invitarme a salir.
  • pero Yo soy Onofrio, el amigo de Francesco.

Blanca quedó un poco sorprendida, no lo sabía, aquel chico era el amigo del novio de su hermana, y pensó, ahora va a querer venir a cuenta de amigo.

Onofrio iba todos los días de la semana, después de las 5 de la tarde, pero Blanca ni siquiera le salía. Él por su parte, siempre le llevaba regalos, frutas, dulces e incluso comida, cuando empezó a entender que la necesitaban.

Por su parte, Olga, le volvió a pedir que accediera a salir con Onofrio, para que ella así pudiera salir con Francesco. Blanca no tuvo más que acceder.

Lo que Blanca nunca sospechó es que este hombre llegaría a su vida para no salir.

Ahora es que empieza la verdadera historia de amor entre Blanca y Onofrio. Solo imaginen a una morena, con cabello castaño claro, casi rubio, ojos marrones intenso y un porte de modelo. Onofrio quería salir con ella, quería que fueran más que amigos.

Poco a poco, Onofrio se fue ganando el corazón de Blanca, siempre salían juntos en compañía de Francesco y Olga. Bailes con la Orquesta Billos y los Melódicos, paseos a distintas partes de la ciudad, almuerzos, cenas.


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Blanca Sobella y Onofrio. Saliendo para una fiesta

Pero no todo era color de rosa. La familia de Onofrio se enteró de esta amistad, que ya no eran tan de amistad, ya existían un cariño entre ambos chicos, una relación bonita, pero que tristemente los padres de Onofrio no aceptaban, él, se tenía que casar con una italiana.

Onofrio, en contra de la voluntad de sus padres, siguió visitando a Blanca, cortejándola y ella cada día se encariñaba más de él, hasta que un día pasó, así de sorpresa, no lo venían venir.

Ese día, Vincenzo y Filomena, los padres de Onofrio, le dieron la lamentable noticia… “Debes regresar a Italia, allí conocerás a una chica y te casarás con ella”.

Como dije, eran finales de los 60, Onofrio no podía ir en contra de sus padres a ese punto, no podía negarse, eso significaba perder el amor de sus padres.

Pensó en una posible solución, así que fue, sin pensarlo, y le pidió a Blanca que se casara con él, pero ella dudo, dijo, pensó, que aún era muy pronto para tomar una decisión así… “solo tengo 19 años, soy muy joven, nos conocemos hace muy poco”.

Onofrio, al salir de la casa de Blanca, lo hizo con el corazón destrozado. Decidió tomarse un tiempo para pensarlo mejor. Así que regresar a Italia no se le hizo tan doloroso.

Por su parte, Blanca, aun no sabía lo que pasaba en la otra parte de la ciudad, aquella donde habitaban los extranjeros, los que tenían el poder de decidir el futuro de dos personas.

Ella por su parte, solo quería un poco más de tiempo para conocer al chico y poder enamorarse por completo de él, además, esto no lo sabía Onofrio, a Blanca le avergonzaba sus orígenes humildes.

Así que, un día del mes de junio, ocurrió la separación, Onofrio, partió nuevamente a su tierra natal, con el corazón destrozado. No quiso despedidas, no quiso ver a Blanca para no tener que dudar de esa decisión tan dura y desgarradora.

Continuará…


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