Lo Moralmente Correcto
Me cuesta comprender esos moralismos que son fuente de peleas continuas en nuestra sociedad, personas que se odian por una opinión que es opuesta a sus ideales, eso demuestra nuestro poco grado de tolerancia. Y esto se refleja en mayor grado cuando hablamos sobre temas políticos o religiosos. Temas susceptibles porque las personas suelen ser muy apasionadas cuando se tocan esos temas en particular. Porque allí entra los conceptos de vida, que son a su vez influenciado por nuestra crianza.
Por ejemplo, en el tema religioso puedo decir que es algo que suelo debatir con mi madre que es una persona creyente y que obviamente su concepto de la religión y la fe, es muy distinto al mío. Me considero no creyente en ninguna religión establecida por el hombre, mi concepto de lo que es la vida y su sentido de existir difiere mucho con el de mi mama.
¿Pero por qué la menciono?
Porque en esos intensos debates, una vez mi mama me ofendió por el hecho de pensar diferente hasta el punto de llamarme “demonio” por no tener la misma concepción que ella. No puedo negar que dicha expresión me incomodo bastante, no entendía porque era calificado de esa manera. Pero a pesar de ello, seguimos hablando, debatiendo y después de una larga charla los dos con visiones diferentes llegamos a un punto de consenso “No hay que discriminar por no coincidir” Ella me pidió disculpa por su expresión y yo también lo hice, porque probablemente mis palabras hayan sido hirientes para lo que ella cree.
Creo que la gran enseñanza que me dejo ese debate, es que podemos discernir y que eso no significa que somos enemigos ni mucho menos. Porque al fin y al cabo es una opinión y ya, no debemos buscarle otro sentido ni volverlo algo moralmente correcto.
Creo que lo únicos moralismos que debemos pregonar sin importar la índole, es el no matar es el no robar. Los temas son puntos de vistas, basado en nuestras percepciones de que es lo correcto.
El mundo ni las personas nos debemos encasillar en un cuadro, debemos ver el mundo mucho más amplio, como realmente es. No creo que exista una representación para el mal o para el bien, porque si nos ponemos en perspectiva probablemente nosotros mismo hemos hecho cosas malas y buenas.
Somos los responsables de nuestras propias decisiones.
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