Salvado/ Poesía

Así fue como me imaginé que pasaría. Yo venía con el corazón destrozado porque había muerto lo que amaba; estaba huyendo de la vida, nada me parecía soportable ni el silencio ni a quienes me mandaban sus fuerzas desde la distancia, que es como si mandaran algo bueno de lo humano de ellos, algo que podría ser amor, pero yo no veía amor por ninguna parte, aunque lo estuviera aplastando con mis propios ojos. Andar así, es andar ciego, yo había quedado sin mirada, hasta que aquella tarde me arrodilló el cansancio, me sacó de los pasos y me detuvo en las piernas del tiempo, el mismo que me sabía amargo, en cambio a ella, el tiempo parecía que la inmovilizaba por la velocidad con que movía sus alas, que parecía que la eternizaba frente a la flor, que los hacía uno cuando se posaba, suavemente, sobre su destino. Yo los miré llorando, a través del cristal de las lágrimas vi la abeja en la flor y supe que no estaba ciego, que me faltaban por ver muchas otras abejas, supe que yo también era una de ellas, que debía seguir porque en alguna parte me esperaba otra oportunidad para polinizarla, entonces, bajé lo amargo de mis rodillas y me fui tranquilo a recibir la fuerza y lo humano que desde la distancia me quería salvar, porque así fue como me imaginé que pasaría; que un día me salvaría el amor de aquellos que amo y que me aman.