La triste doncella - Relato

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La triste doncella a su reina, el cabello arreglaba.

Eficientemente hacia su labor. Esa acción le permitía estar dentro de su círculo. Contenta estaba de recibir los beneficios de su monarca.

Disfrutaba de los banquetes y recibía generosos regalos de la reina. Era una de las doncellas favoritas. La hacia reír.

La doncella a su vez, era admirada y respetada en la corte. Se gano el cariño y aprecio de muchos otros nobles. Esa privilegiada posición le permitía Llenar el vacío de su triste existencia.

Siempre usada y luego desechada por todos los hermosos nobles que se topaba.

Pasó gran parte de su vida, mudándose de comarca. Deambulando, buscando a alguien que le diera amor. Ese amor que le era negado por ella misma.

Su nueva posición dentro del cortejo real, la hizo cambiar. Se fue creyendo cada vez más importante. Miraba a sus antiguos amigos por encima de su hombro.

Decía no tener tiempo. Vivía solo para la reina y los nobles caballeros.

Toda una vida llena de carencias afectuosas y de amores fallidos. Esa acumulación de desdichas las guardaba en su alma.

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En realidad no cambio. Siempre fue asi. Solo que no tenía la seguridad de mostrarse como era. Era una cobarde.

Tristes noticias llegaban de su comarca natal. Amigos y familiares que partían de este mundo. La doncella expresaba estar muy afligida. Pero todos los días era parte de las fiestas de la corte. Los cuales, la gente veía como las disfrutaba.

Se fue enredando con varios caballeros. Desde jovencitos hasta viejos. La mayoría la abandonaban o jugaban con ella.

Ellos buscaban alguien con personalidad, carácter y principios. No un pedazo de goma. Que cambiaba de personalidad y absorbía todas las malas costumbres de sus señores.

Fue nombrada Primera Doncella. Llego a lo más alto que podía permitirse.

Muy contenta se sentía . Estar satisfecha con lo logrado, decia ella encontrarse.

También se volvió déspota y corto relaciones con las antiguas personas que la ayudaron. Creía que encontró la felicidad que tanto se le rehusaba.

Pero los reinos no son para siempre. Las constantes guerras y la mal agestión de la economía, provoco una revolución que amenazaba con derrocar la monarquía.

Uno a uno fueron cayendo los nobles. Ya tocaría el turno de la reina.

Al ver que todo se hacía añicos, intento volver a entablar con relación con todos a los que ella le dio la espalda.

La efímera felicidad salió huyendo de su entorno.

Se fue quedando sola.

Su reina fue condenada a la guillotina.

El palacio saqueado.

La triste doncella sola con el bufón había quedado.

Juntos, en medio de la nada, por la turba fueron ajusticiados.



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