Fuente IMDB

El año pasado se estrenaron dos excelentes películas ambientadas en los años de la guerra civil española. Ambas dirigidas por jóvenes cineastas que no vivieron esos angustiosos años. Enfocadas cada una en mostrarnos unos hechos e historias muy puntuales, dentro de todo el periodo de la guerra y que se extendió con la dictadura de Franco. Una de ellas fue “Mientras dure la Guerra”, la cual puedes leer mi Opinion Aquí. La otra es “La Trinchera Infinita”, dirigida por el trió de directores vascos Jon Garaño, Aitor Arregi, José Mari Goenaga, conocidos por sus anteriores trabajos ( Loreak, Handia ), protagonizada por Antonio de la Torre y Belén Cuesta. Esta última, ganadora del premio Goya por su actuación en este film.

¿Cuál es la historia?

Higinio y Rosa están casados y viven en un pequeño pueblo de Andalucía. Higinio es concejal de la izquierda durante la República. Con el inicio de la guerra civil, las fuerzas leales a Franco comienzan a encarcelar y matar a los “rojos”. Un vecino lo ha denunciado como ser culpable de la muerte de su hermano, al entregarlo al bando republicano. Por ese motivo, Higinio se ve obligado a esconderse dentro su propia casa, en un refugio secreto que tenian construido. Posteriormente se moverá hacia otro escondite en la casa de su padre. En total pasara más de 30 años encerrado, prisionero dentro de su propio hogar, siempre con el temor de ser descubiertos, cuidándose de no hace ruido y con mínimas interacciones con su esposa, quien también es otra prisionera de esa trinchera. Mintiendo y siempre alerta para que no descubran a su esposo, incluso será torturada para que revele el paradero de su marido, quien vera consumirse su vida desde los pequeños agujeros que le permiten observar el exterior.

En la actualidad, cualquiera pensaría que es solo ficción, una historia fantástica. Pero es todo lo contrario. Cuando en 1969 se decreto una amnistía a todos los que habían sido culpado de algún crimen en la guerra civil, los “Topos”, término con el que se les conoció, comenzaron a salir, después de casi cuarenta años ocultos en túneles y escondites hechos dentro de sus casas. Fueron décadas de miedo y oscuridad tanto para ellos y su familia. Al igual que para todo un país.

Los directores crean una historia muy intima, sencilla, pero poderosa en narración. Con el uso de pocos escenarios nos transmiten ese ambiente claustrofóbico, en constante estado de alerta, que vive tanto Higinio como su esposa Rosa. Personajes interpretados por un inmenso Antonio de la Torre y por una gran Belén Cuesta, con un cambio de registro que le sienta muy bien, acostumbrado a verla mayormente en roles de comedia, este papel sumamente dramático le ha valido el Goya 2020 a mejor actriz. La historia inicia en el año 1936 y culmina en 1969, por eso es justificable la duración de más de horas del film, tiempo que no se hace tedioso. Con un ritmo pausado, pero con momentos de tensión bien distribuidos, nos van mostrando el instinto de supervivencia, el hartazgo y el sufrimiento de estos personajes.

La guerra civil española es un tema recurrente en el cine de ese país, tanto así, que muchos espectadores han llegado a criticar que se hagan tantas películas que abarca ese triste periodo histórico. En realidad, estas nuevas historias, desconocidas para un gran público joven, son importantes. Girar la vista hacia otro lado e intentar borrar hechos de la historia que no son de nuestro agrado, es un gran error. Para intentar no volver a caer en esas trágicas situación, hay que verlo y No Olvidar lo que somos capaces de hacer.

Película totalmente recomendada.
Puntuación 5/5