La Noche de la Bestia

avatar
(Edited)

Fuente de Imagen

Morillo no podía ocultar su frustración. Durante tres días habían recorrido las extensas tierras y zonas montañosas del área y no lograron encontrar absolutamente nada. –Solo nos falta esa montaña – dijo señalando hacia el norte – ¿Puedes continuar ayudándonos? – le pregunto a Pablo, quien durante los días anteriores estuvo sirviéndoles de guía. Ahora estaba en medio de todos los policías que querían encontrarlo. Viendo todo a información que tenían sobre él. La criatura de los andes.

Esa sensación de poder lo hacía sentir bien. Ya sabía quién era. Quienes eran sus ancestros y cuál era su destino. No dejaría que nadie se lo impidiera. Odiaba a ese policía. El amor que sentía por Iris era lo único que lo frenaba para matarlo. - Si, subamos. – respondió.

Fuente

Pablo conocía muy bien esa montaña. Era donde estaba la cueva que le servía de refugio. Intento llevarlos lejos del lugar, pero el detective era meticuloso y ayudándose con un mapa, señalaba todas las áreas revisadas. Era inevitable. Encontraron la cueva. Rastros de sangre e innumerables y huesos de cabras por todo el lugar. Para los policías del pueblo no había dudas. Era el escondite de la criatura. Todos hicieron la señal de la cruz. Creían que profanaban la tierra del demonio. Morillo ordeno recoger todo para enviarlo a la capital para los análisis.

Algo llamo la atención del detective. Era un trozo de cuero igual al encontrado en las inmediaciones del acampado donde ataco el criminal. -Estamos cerca de ti hijo de perra – exclamo el detective. Pablo también parecía sorprendido con ese hallazgo. No recordaba llevar ese pedazo de cuero a la cueva. ¿Qué significaba?¿Por qué tanto interés en eso?

-Aléjate de esa muchacha – era lo dicho por Doña Josefa. Ella representaba su perdición. Debía olvidarla. Desterrarla de su mente. Para ser el nuevo rey tenía que pasar por el camino del dolor y el sacrificio. Pero Pablo no podía evitarlo. Necesitaba verla. Escucharla. Sentirla cerca. Después que ella le dijo que solo lo quería como amigo. No entraba a la casa. Solo se quedaba a una calle de distancia, para usar sus agudos sentidos para escucharla y sentir su olor. Pero cuando bajaron de la montaña, en la comisaria estaba Iris, esperándolos a ambos. Al hombre del cual se estaba enamorando y al chico que amaba como mejor amigo.

El detective estaba contento. Sentía que estaba avanzando en el caso. En cuestión de días resolvería el caso. Seguramente recibiría un ascenso y le pediría a Iris que se fuera a vivir con él en la capital. Su emoción aumento cuando la vio en la comisaria esperándolo. Impartió unas órdenes a los agentes y le dijo a Iris que lo esperara un momento mientras se aseaba un poco. Ella le dio un abrazo a Pablo y le agradeció que ayudara a la policía a recorrer toda la zona. Fue un momento de magia. Durante esos segundo pasaron imágenes por su mente. Imaginándose junto a ella, recorriendo las montañas, felices, tomados de la mano, besándose.

Fuente

Separo bruscamente a Iris. Todo era una mentira. Una fantasía. Una ilusión. Morillo regresaba del baño cuando vio que Pablo se alejaba. Iris estaba consternada. No sabía que le paso a su amigo. El detective fue tras el joven e intento frenarlo sujetándolo por el brazo. Entonces, Pablo empujo a Morillo con una fuerza increíble, haciéndolo caer. - ¡No la mereces! - le grito Pablo. Sus ojos habían cambiado de color. Era la misma mirada que le dio cuando fue a inspeccionar su casa. Se levanto para encararlo pero Pablo se fue rápidamente.

Paso por el mercado donde trabajaba, quería distraer su mente. Era media tarde. Sse enfoco en llevar las bolsas de los clientes. Antes de cerrar, porque estaba oscureciendo, Carol, la novia de uno de los chicos que siempre le hacían burlas, hizo unas compras. Era el último cliente y acepto ayudarle con las bolsas. Cuando llegaron a su destino, estaban todos los amigos de la chica. Patricia, Carlos, Richard y su novio José.

-¡Déjenlo quieto! ¡Dejen de meterse con Pablito! – les advirtió Carol señalando a Pablo que dejara las bolsas en la mesa.

-Otra vez andas con el cojecabra. Me estoy poniendo celoso. – Dijo José. Ella lo miro con desaprobación. – está bien pues, ven para acá Pablito, siéntate. ¿Quieres quitarme a mi novia? –los demás estallaron en risas.

-Ten cuidado. Dicen que los tontos lo tienen más grande de lo normal – exclamo Patricia.

-¿Sera verdad? A ver cojecabra, sácatelo para que las muchachas le den una miradita jajaja.

Carol soltó una carcajada. A pesar de que les dijo que no se metieran con Pablo, no pudo evitar caer en el juego de bromas. Patricia se le fue acercando, simulando un baile. Se coloco encima. Las risas de burlas eran mayores. Todos lo veían como un tonto, un idiota.

-Ustedes se lo buscaron – dijo Pablo.

Las garras atravesaron el pecho de Patricia y comenzó a ahogarse en su propia sangre. La criatura desato toda su furia en los cuerpos de todos los que estaban allí presentes. De un mordisco le arranco la cabeza a José. El grito de horror que lanzo Carol retumbo en toda la calle.

La bestia tumbo a Richard y agarrándolo de los brazos, se los arranco, para luego reventarle la cabeza con sus propias extremidades. Carlos estaba inmóvil, fue quien puso menos resistencia. La mano de la criatura le abrió el pecho y arranco su corazón. Ese momento fue aprovechado por Carol para escapar hacia la calle. Corrió desesperada pidiendo ayuda. Los vecinos comenzaron a salir y no podían creer lo que estaban viendo.

Una bestia horrenda, un monstruo jamás visto se abalanzo sobre Carol, tumbándola boca abajo. Sus garras atravesaron todo el rostro de la chica y luego abrió todo su cráneo. Todo el mundo estaba aterrorizado. Uno de los vecinos saco una escopeta y disparo a la criatura. Pero el disparo no pareció afectarle en nada. El hombre recargo la escopeta, pero al intentar apuntar, tenia al ser del infierno frente a él. Un solo manotazo de la bestia basto para quedar tendido en el suelo.

Los coche patrulla comenzaron a llegar por ambas vías de la calle. Alguien los llamo inmediatamente escucharon el grito de Carol. Los policías también parecían asustados. Nunca habían visto al demonio en persona.

Fuente

-Arriba las manos. Estas atrapado. Estas rodeado. – se escucho decir a un policía.

La criatura le reconoció la voz. Allí estaba el ser que más odiaba. El detective Morillo. Frente a frente. La criatura y el hombre que buscaba cazarlo. La bestia miro la luna, noto que la cubría una aureola. Era su abuelo, el Arco, observándolo. * -Alto o disparo –* le advirtieron. No hizo caso. Fue contra el coche patrulla. Una ráfaga de disparos no impedirían que destrozara todo a su paso. El dolor de las balas penetrando su gruesa piel parecía darle más fuerza. Con solo unos golpes dejo inconscientes a los policías que le dispararon. Morillo se fue corriendo hasta donde estaba la criatura. No dejaría que se le escapara.

Ambos quedaron debajo de un faro de luz. Morillo lo Apuntaba directo a la cabeza. Pudo verlo con claridad. Era cierto. Eso no podía ser un humano. El citadino que no creía en cuentas de camino, estaba frente la personificación del diablo. –Quedas detenido…- fue lo que alcanzo a decir antes de que la criatura le arrancara media mano con la que sostenía el arma. Morillo grito de dolor. La bestia lo tomo por el cuello y lo levanto a metros del suelo. Solo faltaba un poco de presión y el policía dejaría de existir.

-¡Nooo! – el sentido de su oído lo hizo escuchar ese grito acompañado de llanto. Era iris. Estaba a una calle de aquel lugar. Viendo como mataban al hombre que amaba. No podía hacerlo. Jamás se lo perdonaría. No quería causarle ese dolor a la mujer que ama. Tiro al policía en el suelo. Miro en dirección a donde se encontraba Iris y aulló, para luego desaparecer en medio de la oscuridad.

El pequeño hospital estaba en emergencia. Los cadáveres estaban en la morgue y los heridos eran tratados por un solo medido de guardia. Todos estaban conmocionados. La historia se rego por todo el poblado. Era una noche que jamás olvidarían. Morillo se recuperaba de las heridas. Esta triste. Había fracasado. En cualquier momento llamarían de la capital para que les informara de lo acontecido. Seria relevado del caso. Pero no lo dejaría tan fácil. Había visto los ojos de la bestia. Los mismos ojos que ya había visto ese mismo día – Ya sé quién eres y te voy a atrapar - exclamo.

Todas la simagenes usadas tienen Pixabay License
Gratis para usos comerciales
No es necesario reconocimiento

Lee los capitulos anteriores
Parte 1 - La Promesa
Parte 2 - La Cabra Negra
Parte 3 - El Ritual
Parte 4 - El Chupacabras
Parte 5 - La Tragedia
Parte 6 - La Investigacón
Parte 7 - El Dolor
Parte 8 - La Historia de Chiarika



0
0
0.000
2 comments
avatar

Buen relato (parte de uno mayor) de terror, con lograda tensión y descripción de los personajes y la situación. La figura de la bestia está presentada con gran eficacia. Saludos, @jcrodriguez.

PD: Te sugeriría cuidar detalles de acentuación (es muy fácil de solucionar si activas el corrector ortográfico).

***

Tu post ha sido votado por @Celfmagazine, proyecto de curación y revista de arte y cultura. Conoce más de nosotros clickeando en los siguientes iconos:

Your post has been upvoted by @Celfmagazine, curation project and art and culture magazine. Learn more about us by clicking the icons below:

celf instagram facebook discord

0
0
0.000