La Alimaña – Steemcuento

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Con su rostro poco agraciado como mascara, mostrando una sonrisa que dejaba al descubiertos una gigantesca dentadura, lo usaba para que sintieran pena por ella.

Con palabras dulces y actitud amigable, fue captando sus víctimas. Amigos, les solía llamar, de la boca para afuera, por dentro, no puedo ni imaginar los términos en que se refería a ellos. Solo sus pensamientos esconderán ese secreto.

Hasta las personas más desconfiadas terminaron cayendo en las redes de esta araña humana, tejedora de redes para atrapar a sus presas. Hasta ayudas económicas le fueron otorgadas por personas de buen corazón, que vieron en ella, una amistad sincera e inclusive amor.

Incontables pueblos la recibieron con los brazos abiertos, en todas aprovecha y absorbía lo que podía. De todos decía ser amiga y amor para todos repartía.

Cuando la tierra se secaba y se agotaban los frutos que golosamente recogía, cual lombriz rastrera a otro lado se esparcía. Abandonando para siempre el lugar donde antes compartía.

En su búsqueda carroñera, con otras hienas encontrarse. Animales d su misma especia, confluyeron en un espacio. Todos eran como ella. Saltando de sitio en sitio, hasta que crearon su propio paraíso.

La hiena encontró su manada. Sintiéndose amparada por otros como ella. Pausadamente fue olvidándose de disimular. EL tiempo de usar su máscara se terminaba.

Con su rostro poco agraciado, ya sin antifaz, mostraba su perversa sonrisa que dejaba ver su maquiavélica dentadura, ya no daba pena, al contrario, era una verdugo envalentonada.

Uniendo sus fuerzas con un bufón, de la tímida y tonta que daba pena, paso a ser la atrevida, graciosa y grosera.

Los antiguos amigos que alguna vez la mano le brindaron, ahora ella se las mordía con rabia. Con los que antes era tierna y amable, ahora solo le soltaba groserías y malas respuestas. A los que antes siempre molestaba para que la sacaran de dudas, ahora un saludo de parte de ellos la molestaban.

Migajas de supuesto éxito ahora la embriagan. Agradece a su manada. Como una diosa, mirando hacia abajo camina. Borrando todo rastro de su pasado, lleno de mentiras y engaños.

Un sombrero adorna su rostro poco agraciado. Para que los rayos del sol no le muestran claridad. Su mundo es la oscuridad que aporta la falsedad. Mostrando una sonrisa que disimula felicidad, pero la gigantesca dentadura denota su infelicidad.

Estas alimañas se multiplican a gran velocidad.

Gracias a ti ya las puedo identificar.

Ahora las aplasto sin sentir piedad.

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