El increíble y verdadero Cuento de Navidad

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Adaptación libre basada en el Cuento de Navidad de Charles Dickens. Espero sea de su agrado.

Evaristo Carrasco miraba con desprecio la parafernalia que adornaba las calles del centro de la ciudad. – Que despilfarro de dinero en tonterías – refunfuñaba durante su trayecto a su oficina. Algunas tiendas comenzaban a abrir. Estas también estaban adornadas con motivo de la navidad. –Feliz navidad don Carrasco – le dijo uno de las tiendas vecinas. - ¡No! Que navidad un carajo. ¡Pendejadas! – les respondía el viejo amargado.

Baldomero se dirigió sigilosamente a su pequeño escritorio.

–Llegas 5 minutos tarde, se te descontara de la paga. – sentencio Evaristo desde su despacho.

–Señor Carrasco, disculpe, pero tuve que ir a agarrar la cita de Carlitos en el ambulatorio. Reparten solo 10 numero y …

*-¡Excusas! Siempre excusas. Los flojos siempre tienen una excusa. Póngase a trabajar. Quiero el inventario de las prendas en empeño.

– De inmediato señor. – le respondió su empleado desde hace 5 años

– Baldomero, para que no crea que soy un mal jefe. Le descontare solo la mitad del retraso y como veo sus intenciones de pedirme un favor, ya se cual es. Le daré el día libre mañana. Pierda su tiempo con esa tontería de la navidad.

–Muchas gracias patrón.

Eran las ocho de la noche cuando el amargado de Evaristo le dijo a Baldomero que podía irse. Su único empleado se sintió feliz. Si las camioneticas pasaban rápido llegaría a su barrio antes de la medianoche. A Evaristo solo le tomaba caminar 5 cuadras para llegar a su vieja casa en el centro de la ciudad. La compro hace 10 años en un remate municipal. Preparo una sopa de sobre, agrego dos huevos y saco un pedazo de pan de la nevera. Después de cenar se dispuso a dormir.

Las ventanas de la casona se abrieron. La fuerza del viento las hizo ceder. Evaristo despertó nervioso. Pensó que eran unos ladrones. Saco un revolver que guardaba en la mesita de noche y apunto hacia la puerta de la habitación. Escuchaba unas cadenas arrastrarse. El ruido era cada vez más cerca. La puerta se abrió y vio una figura espectral con grandes cadenas a su alrededor. Quedo con la boca abierta. Era su antiguo socio. José Martínez, quien murió hace 10, saliendo de la oficina fue alcanzado por una bala perdida en medio de los saqueos del año 1989.

-No puede ser. Estas muerto. Jajajaja, esos dos huevos en la sopa me cayeron pesados.¡Estoy alucinando!

-No amigo mío. No estás alucinando. He venido para salvarte de mi desdichado destino. Condenado estoy a pasar la eternidad arrastrando estas cadenas. Por egoísta, avaricioso y tacaño.Tú y yo. Ambos somos culpables de mi muerte. No debía ir a atrabajar ese día. Pero nuestra ambición nos domino.

Evaristo toco las cadenas y se le escapo un pedo del susto. Agarro el vaso con agua que estaba sobre la mesita y lo vació sobre su cara. Tenía que cerciorarse que estaba despierto. Muerto del susto se arropo. Creía que era la hora de su muerte. Pero el fantasma de su antiguo socio le dijo que en una hora recibiría otra visita. – Aun estas a tiempo viejo amigo.¡Sálvate!

Había pasado una hora. Evaristo estaba en el baño. El susto de ver un fantasma le dio retorcijones de tripa. – No como más de esa sopa. ¿o seria el pan? – se preguntaba el mismo. La puerta del baño se abrió. Otra figura fantasmal se le apareció. Tenía un suéter con capucha y no podía verle el rostro. Era el fantasma de las navidades pasadas y sin mediar palabras agarro a Evaristo por el hombro y lo transporto a su pasado. El gruñón tampoco dijo nada. Estaba sorprendido al verse de niño. El pequeño Evaristo estaba sentado debajo de un árbol en el recreo escolar, tenía puestos unos lentes culo de botella por su avanzada miopía. Leía un libro mientras otros niños lo rodeaban y lanzaban papeles en su cabeza. Evaristo el nerdito, cuatro ojos, Evaristo chichón de piso e innumerables apodos le decían. – ¡Idiotas! – Dijo Evaristo adulto – todos terminaron pobres, muertos de hambre. ¡Yo he triunfado! ¡El nerdito es riquito!.- El fantasma lo volvió a sujetar y lo transporto a la universidad. Observaron al joven Carrasco sosteniendo un ramo de flores detrás del gimnasio. Parecía practicar como le declararía el amor a Valentina. Compañera de estudios de la que estaba enamorado. Unos extraños ruidos llamaron su atención. Provenía del gimnasio. Se asomo y se escuchaba con mayor intensidad. Entro. Camino hasta los baños. Desde allí se emitían los gritos. Al entrar su mundo se derrumbo. Era su querida Valentina haciendo el amor fogosamente con David, el capitán del equipo de básquet. El deportista estaba tendido en el piso, mientras la chica cabalgaba sobre él, con un gorro de navidad puesto. -¡Cochina mal agradecida! Una idiota.Termino gorda, fea y pobre. Con 9 muchachos de diferentes hombres. –

Encendió el televisor mientras esperaba al segundo fantasma. Estaba molesto porque le mostraron cosas que había olvidado hace tiempo. Pasaban una repetición de un programa llamado La Silla Caliente. Estaban entrevistando a una hermosa mujer que fue reina de belleza y ahora aspiraba la presidencia del país. -¿Una mujer presidente? ¡Jodas!- De repente el conductor del programa, llamado Oscar Yánez, se dirige a Evaristo - ¡Chúpate esta mandarina! – Sale del televisor y se presenta como el fantasma de las navidades presentes. – tuve que agarrar esta forma humana, me gustan sus bigotes, póngase las alpargatas que lo viene es joropo- le dice jocosamente.

El rancho de Baldomero era el más feo del barrio. Evaristo parecía asqueado de tanta pobreza. Carlitos estaba sentado frente a un pequeño pesebre. Le faltaba una pierna. El accidente ocurrió durante la intentona golpista del año 1992, su madre se dirija a trabajar a una casa cercana al palacio de Miraflores, cuando los militares insurgentes iniciaron su ataque. Con solo 5 meses de nacido tuvieron que amputarlo. El niño parecía ansioso.

– Vamos a ver que trajo el niño Jesús – le dijo su padre. Saco una caja y Carlitos emocionado destapo su regalo. Era un carro a control remoto. Baldomero había ahorrado para poder darle esa alegría a su pequeño. Evaristo no podía creerlo.

–Que estupidez la navidad! Mira como gastas el dinero en pendejadas. ¡Un juguete! Y tu casa es un cuchitril. ¡La gente se vuelve loca y puro gastar en estas fechas!

-Gracias papi. ¡te quiero mucho!

– Ahora vamos a dar las gracias a Dios por esta bendición y a Don Carrasco por mantenerme en mi empleo

- ¡No , ese viejo es maluco. Se aprovecha de ti , es malo.

– No Carlitos, no. El señor Carrasco es una buena persona, solo que habrá pasado momentos duros.

– Esta bien, pediré salud para el señor Evaristo. Mucha salud y que tenga una feliz navidad.- El fantasma miro de reojo al cascarrabias y este estaba mirando al niño con ternura. Una lagrima bajo por su mejilla, pero rápidamente se la limpio.

Pronto amanecería. Mientras esperaba la tercera visita, puso a calentar otro pedazo de pan. Dejaría el desayuno listo para no perder tiempo. El fantasma de las navidades futuras emergió del café. Era tan negro que no se le distinguía el rostro. A Evaristo se le escapo otro pedo. Nuevamente ganas de ir al baño. El fantasma no lo dejo moverse. Agarrándolo de la mano lo transporto a su futuro. Estaban en la misma casa. Pero abarrotada de gente. Muchos con boinas rojas, franelas del Che Guevara y música de Ali Primera. Un hombre daba un discurso a los presentes - …nosotros, como representantes del consejo comunal Negra Matea y cumpliendo órdenes de nuestro querido comandante supremo, expropiamos esta casona que pertenece a un escuálido. Un viejo representante de la élite que nos exploto. Ahora esto es del pueblo.¡No volverán! - No volverán repitieron todos. Evaristo veía como toda esa chusma se apropiaban de sus pertenencias. Un a fiche de un zambo con una verruga en el rostro adornaba el centro de la sala. Lo reconoció. Era el líder de los golpistas. –Aaah ganaran los izquierdistas-dijo, llevándose las manos a la boca. El fantasma lo abrazo y lo traslado al cementerio. El frió le atravesaba los huesos. Evaristo vio su lapida. Una tumba totalmente abandonada. -¡No! ¡No!¡Noooooooo!

Los primeros rayos del sol entraron por la ventana. Evaristo saco su mejor traje. Parecía un hombre nuevo. Hasta habían desaparecido las arrugas de su frente. Salió de su casa,dando la feliz navidad a todos los transeúntes. Recorrió todos los comercios vecinos a su oficina y les dio un aguinaldo a los trabajadores. Quienes lo conocían se quedaron atónitos. Era increíble. El viejo amargado repartía amor a todos. Llamo a Baldomero, para que llevara a su hijo a la juguetería. Le regalaría los juguetes más populares. Además, le aumentaría el sueldo y ascendería. Su empleado no podía creer el milagro.

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Evaristo había visto el pasado, presente y futuro. Descubrió que no debía seguir atormentando por los traumas de su niñez. Paso su vida infeliz por culpa de una traición, era rico, podía tener la mujer que quisiera. Joven o vieja. El mundo estaba lleno de chicas dispuesta a dar amor por dinero. La visita del espectro de su antiguo socio y los tres fantasmas lo habían salvado. La navidad era bonita. Crearía una empresa de importaciones para sacarle dinero a ña gente no solo en navidad, también en todos los días de celebración de algo. El Amor,la amistad, la madre, el padre, el espíritu de la navidad, hasta el día del perro debía crearse. Sabía el futuro. Ganaría el diablo de Sabaneta. Se aliaría con ellos. Sería un enchufado y tendría la oportunidad de hacer más rico a costa del dolor, sufrimiento y explotación de todo un pueblo. El siguiente año y los que vendrían después obtendría el contrato para adornas las calles de la ciudad. Evaristo Carrasco derrochaba felicidad. Era el rey del mundo. Ahora viviría una vida de lujos y placeres.

-Hola, te habla Evaristo. He gozado de vida y salud. Ahora soy multimillonario. Odio la navidad con toda mi alma, pero me aprovecho de esa idiotez. ¿En realidad piensas que el mundo es como lo pintan los cuentos con moraleja? ¡No! Este es el verdadero cuento. Esta es la vida real. Donde los malos, siempre seguiremos siendo malos. ¡Feliz Navidad!

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