Han sido unos días de subidas y bajadas, y eso que no estoy montada en una montaña rusa. Como les comenté en un post anterior me postulé para un empleo y no fui aceptada. No me apena comentarlo porque aprendí mucho de esa experiencia. Fue como una pequeña preparación para lo nuevo que se me venía.

Me colocaron un plazo de tiempo para presentar mi trabajo, el cual llevaba una serie de requerimientos, dos cosas a la que no estaba acostumbrada porque en el poco tiempo que llevo ilustrando, he hecho lo que va fluyendo con mi imaginación y a demás nunca me pongo límites de tiempo para terminar cada imagen, "soy mi propia jefa y hago lo que quiero".

La verdad que ponerme el plazo de tiempo fue la mayor de mis presiones, estaba vuelta loca esa semana. Primero me sentí súper motivada, luego estuve en un tiempo de negación donde pensaba que no iba a lograrlo, hacia bocetos pero nada me gustaba, luego me volví a animar y todo comenzó a fluir pero creo que fue muy tarde cuando ocurrió, faltaban como 7 horas para culminar el plazo y no pude lograr todo lo que me había propuesto. Igual me encantaron los resultados y muy feliz se los enseñe a mi familia, esos hombrezotes que son mis fans número uno.

Sabía lo que me esperaba pero igual mantuve mis esperanzas. Todo terminó hace un para de días cuando recibí la noticia. Leyendo el correo me puse un poco triste porque le puse mucho amor a lo que hacía y que te digan que no fue suficiente mata un poco.

En eso se me acerca mi hijo y le cuento lo ocurrido, le sonrío y digo: "no importa amor, ya habrán otras oportunidades para triunfar". Él me dijo: "tranquila mami, lo importante es la familia", me dio un abrazo y un beso y ahí terminó mi tristeza. Ese apoyo que siempre me dan mi esposo y mi hijo es lo que me ayuda a continuar.

Ya pensando con cabeza fría, pude darme cuenta de las fallas que tuve en todo ese proceso y me ayudo a tomar los puntos importantes para que no vuelva a ocurrir algo similar.

Seguí buscando en Internet la manera de generar con mis ilustraciones y encontré una página que me brinda la oportunidad de vender mis diseños según mis propios criterios, yo soy quien pone las reglas del juego. Algo maravilloso porque no debo cumplir con ningún estándar que no sea impuesto por mí y quienes los adquieran será porque les ha gustado lo que puedo ofrecerles.

Al siguiente día de ser rechazada para ese trabajo, recibo mi primer pedido, en el cual me encuentro trabajando muy emocionada. Una chica española me ha encargado hacer una ilustración para una obra de teatro que esta preparando. Esta experiencia me demostró que aunque a veces se nos cierra una puerta, el universo se encarga de abrir 100 más.

Ya luego les enseñaré como me ha quedado el diseño, y les cuento un poco más a fondo la experiencia de vender diseños en esa página, a ver si también les puede resultar de utilidad.