SIN CORDURA
presos de sus reglas
nos dejan sin perdón
en un mundo de pecado,
sin poder elegir
el destino de nuestra vida
que con solo empezar,
y al momento,
ya hubo terminado.
Razón cautiva
que vives escondida
en la verdad.
¡Qué pena que nuestra locura...
te haya traicionado!
Poema propio.
Fuente de la imagen:
0
0
0.000
0 comments