Crónicas de lo cotidiano 004: Escribir es como salir a caminar

Estoy leyendo un libro de Stephen King titulado "Mientras escribo", en que habla de la labor del escritor y como está surgió y se ha desarrollado en él a lo largo de su vida. Y durante la lectura, aquí y allá encuentro comentarios o frases que se parecen a cosas que he pensado, dicho e incluso escrito, al igual que muchos otros escritores que han abordado el tema.

Y es que cuando se trata de escribir, quienes lo hacemos prácticamente por necesidad, como algo que es parte de nosotros, más allá de la trascendencia de lo que nuestros dedos den a luz, que depende de muchos otros factores, tenemos un sentir compartido y una manera particular de vivir la escritura.

Para quienes escribimos el escribir es una necesidad y a la vez una suerte de imposición, porque a veces tenemos la vívida sensación de que no somos nosotros quienes escribimos, sino algo más a través nuestro. Y en contraparte a veces aunque queramos hacerlo las palabras simplemente se nos niegan, como si estuvieran en huelga ese día.

Escribir es algo gratificante pero a la vez amenazador, y por lo general es una actividad de introspección y exploración personal, lo queramos o no. Uno escribe de lo que sabe, lo que piensa, lo que cree. O dicho de otra manera, uno escribe de quien es o partir de lo que es.

Y en este sentido mientras más escribimos, más nos adentramos en nosotros mismos y nos vamos conociendo mejor, y no me refiero solo a nuestras partes buenas, sino también a nuestras partes oscuras, por eso puede una actividad por momentos difícil y hasta intimidante, porque nos enfrenta a nosotros mismos, y nos revela quienes somos a veces aún a pesar de nosotros mismos.

Yo considero que siempre es preferible conocerse, porque en esa medida uno puede reconocer sus aciertos para así poder potenciarlos, y sus errores para así poder corregirlos. No es casualidad que escribir sea una actividad que se incluya en muchos tipos de terapia. Sin embargo mucha gente le teme a escribir, y no porque le de miedo lo que pueda descubrir al hacerlos, sino porque no sabe como empezar.

Queremos escribir "bonito" desde la primera palabra que tracen nuestros dedos y eso es prácticamente imposible. Es como querer pintar un Picasso la primera vez que pintemos si nunca hemos agarrado un pincel. Sin embargo a diferencia de la pintura y otras artes, cualquiera puede escribir si elimina ese tipo de presiones y simplemente se deja llevar.

En lo particular a mi me gusta pensar que escribir es como salir a caminar. A veces uno sabe donde quiere ir, y otras no. Incluso a veces uno sale a explorar sin rumbo fijo a ver que se encuentra y va eligiendo la ruta al momento, sobre la marcha, lo que puede llevarnos a descubrir sitios que nunca nos hubiéramos imaginado, así como de repente llevarnos a ninguna parte, lo que no necesariamente demerita la experiencia del recorrido.

Si no sabes como empezar a escribir, no te preocupes, yo tampoco lo tenía claro al empezar ese post, y apenas lo voy teniendo claro ahora que casi estoy por terminarlo. No te preocupes y simplemente escribe lo que venga a tu mente y no juzgues, simplemente sigue escribiendo.

Ïmagina que recorres una ciudad que no conoces bien, y que quieres conocer mejor, en este caso tú mismo, y como lo haces cuando estás de turista en alguna ciudad, camina y mira con atención lo que te rodea, déjate llevar por lo que te dice lo que ves y crea tu ruta al momento, sin pensarlo demasiado.

Si escribes así, te aseguro que la experiencia valdrá la pena, encuentres algo interesante o no, te habrás familiarizado con el entorno y puede que la siguiente vez tengas mejor suerte, y puede que como Stephen King un día hasta te descubras escribiendo un libro de como empezaste escribir y recuerdes este post en el que un extraño explorando su propia ciudad interior, te invitó a darte la oportunidad de hacer lo mismo.

Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.