𝐇𝐄𝐂𝐇𝐎 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐎𝐃𝐈𝐀𝐑 || 𝓟𝓸𝓮𝓶𝓪 𝓲𝓷é𝓭𝓲𝓽𝓸

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Cuando se inventó el desprecio
Quisiera saber cuál fue tu infame gusto
Por poseerlo de modo casi absoluto,
Por danzar al son de la malicia
Y esparcir como polvo de hada tu hiel cargada de melancolía.

Cómo guirnalda campante
Te vistes de tu ociosa negatividad,
Marchitando lo que tocas,
Dañando con tus palabras,
Buscando en tu medido vocabulario
El léxico justo y necesario para crear daños irreversibles.

Eres irreverente, indiferente,
A tu alrededor no ves más que la oportunidad
De una víctima a la cual hacer daño.
Eres analítico, maquinador,
Evalúas a la persona y el escenario,
Para cual arte sublime, saber servirte de las debilidades y
complejos del tercero.

Pese a que pretendes fingir marcada indiferencia
Das las migajas justas de leve buen trato
Para dar la imagen de un ser incomprendido,
Para darle a los ilusos
La idea de que no eres tan malo como pareces.

Es tu manera de hacer tus movimientos en el juego de ajedrez
Planeas las jugadas,
Mueves tus piezas,
Y manejas a gusto a todos a tu alrededor,
De patética labia te sirves para justificarte
Y por mucho que se luche contra ti,
Te esmeras de corazón
En qué todos sigan cayendo.

Te escondes detrás de unos ojos tristes,
De fachadas de joven incomprendido
Haciendo un falso llamado de ayuda
Para que los idiotas de buen corazón venga corriendo a ayudarte,

Como moscas a la miel,
Para hacerlos caer en tu trampa,
Cómo la araña al insecto,
Del que se dará un festín.

Y es que entre gustos y placeres,
El tuyo es hacer miserable la vida de quienes te quieren,
A ello te dedicas fervientemente.

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