Acabo de encontrar algo que quiero inmortalizar, así que voy a escribir un pequeño artículo, uno que no le hace daño a nadie.

En el Banco Mercantil trabajé algunos años como promotor de puntos de venta. Me tocaba hacer trabajos en la oficina y otras veces en la calle. Una mañana llegué a la oficina a eso de las 9 am. Me dirigía a mi cubículo, pero el jefe me hizo señas para que me acercara a su escritorio. Al acercarme me di cuenta de que estaba a mitad de una tele-conferencia. Me señaló el asiento que estaba al frente suyo, así que me senté. Me dio papel y lápiz, y me hizo señas para que tomara nota de lo que hablaban.

A mí me costaba digerir aquellas "tele-reuniones". Giraban siempre en torno a las mismas cosas, sobre temas que ya yo dominada. El lenguaje que usaban me parecía insoportable; siempre tuve la impresión de que varias personas allí, que solían dirigir la reunión, escondían sus "carencias" utilizando innecesariamente términos muy técnicos y vocablos rebuscados.

La reunión, y todo nuestro trabajo, tenía que ver con una plataforma común entre varios bancos para unificar los pagos por puntos de venta. Esta PLATaforma COmún era llamada PLATCO. Originalmente fue diseñada para varios bancos pero, desde que comenzó hasta que yo dejé el banco (8 años), sólo estuvieron involucrados dos bancos: Mercantil y Provincial. La idea fundamental de la nueva plataforma era reducir el costo en equipos, habilitando la posibilidad de usar el mismo equipo para varios bancos.

A regañadientes pasé el rato ahí sentado. Mi pobre imaginación fabricaba fantasías sobre alguien que venía a rescatarme de aquella tortura, de aquel calvario. No sé, una súper heroína tal vez. Pero no vino nadie, tuve que calarme hasta el final el insufrible discurso de aquellos dinosaurios.

Sólo me quedaron las notas. Tomé muchas notas.
Hoy encontré el papelito, aquí lo publico: «NOTAS»

Créditos del texto: Amaponian Visitor (@amaponian)
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