MOVIE REVIEW: "Brightburn" (2019)

Synopsis: A couple's prayers are apparently answered when an object falls to Earth, carrying a life form that looks like a boy. As the years go by and the child discovers his origins, he begins to use his mysterious powers in a sinister and destructive way, turning everyone around him into prey.

Generally, superheroes are acclaimed for quite obvious reasons: they represent the personification of good in their physical form and carry with them the mission of fighting against any type of evil that brings some kind of threat to the place where they live (and for the planet, in general). The combo "protect" + "serve" is on the list of priorities and this is something inherent to their nature... However, in this movie, this fictional approach gains a new path and invests in a kind of "reverse psychology", distorting the public expectations regarding the role that a superhero should play in society.

On purpose or not, the writers' intention revolves around a single concept, which is simple and direct: to promote a total narrative inversion in the classic Superman story. Everyone knows him as a just and incorruptible superhero, but the idea in this movie is to present a younger version of what he could have been (if he had gone the other way) and what the possible consequences of his choices would have been. Despite all the similarities that are scattered in various scenes, the script has several aspects that make these comparisons stand out and perhaps the strongest one is the substitution of good for evil.

The idea of ​​conflicting the world and the nature of a superhero with what could be his controversial side and doing this to his new identity (something similar to a mixture of instability and perversity coupled with an uncontrollable hunger for power) is the more solid argument that exists in the script, but this execution is not so clear in what is seen on the screen and even if everything indicates this path (something that the script constantly tries to do, but always ends up slipping in its good attitudes)... Neither conflicts nor the nature of the evil prodigy are exploited in a really convincing way.

Absolutely nothing in this movie is justifiable and although there are arguments that somehow strive to try to make all the surreality in which the plot is being built possible, the explanations are not enough to give credibility to the story. The movie starts accidentally (with the fall of a kind of UFO, which is very discreet and does this to create an air of suspense to the narrative), ends in a very pretentious way (as if flirting with morals and with ethics through an inconclusive ending) and leaves an open field for various types of interpretations about the antagonist's future.

The big problem in the middle of all this is not to create a well-structured start. In fact, everything is too shallow and most of the argumentative transactions happen almost as if by magic, based on empty events that do not support the narrative. The result of this is a development that, although fast, is slow and has no strength the basis for keeping it working the way it should. The power of the script is being drained with each new attempt to create something different and wanting to offer a pseudo-philosophical conclusion to a theme that does not receive any kind of anticipation throughout the projection is at least wrong.

Elizabeth Banks, David Denman and Jackson A. Dunn at the head of a troubled cast also do not help to retain the atmosphere that the script wanted to create. Their performances are apathetic and based on mechanical emotions (there is no middle ground or linearity here... their work has a really average level in every way), creating a notorious "robotization" process that besides being sometimes something sleepy, it also directly interferes with the fluidity of a narrative that can only accumulate a robust set of wrong decisions along its journey.

On the other hand, David Yarovesky demonstrated a certain persuasive power to transform a messy script into something more organized with his insight into the role of director, but that did not make him also make some mistakes and the lack of boldness in taking advantage of the best moments of the movie and transforming them into something darker and more intense happens several times, frustrating the audience's expectation to witness more impactful scenes (which in fact exist, but boil down to about two or three moments where the violence reaches a greater degree explicit).

Including other films in its comparison package (something that ends up becoming a problem because it prevents the film from acquiring its own personality), Brightburn sounds like an interesting way to "rewrite" a superhero's past, but that ends up being no more than an attempt to offer the viewer a new perspective (which, in fact, has a very questionable production in terms of technical quality) on a segment that is already so well known, but because it is poorly executed it ends up making it forgettable.

MOVIE URL: Brightburn

MY RATING: A (4,5/10)

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Sinopsis: Las oraciones de una pareja aparentemente son respondidas cuando un objeto cae a la Tierra, llevando una forma de vida que parece un niño. A medida que pasan los años y el niño descubre sus orígenes, comienza a usar sus misteriosos poderes de una manera siniestra y destructiva, convirtiendo a todos a su alrededor en presas.

En general, los superhéroes son aclamados por razones bastante obvias: representan la personificación del bien en su forma física y llevan consigo la misión de luchar contra cualquier tipo de maldad que traiga algún tipo de amenaza al lugar donde viven (y para el planeta, en general). El combo "proteger" + "servir" está en la lista de prioridades y esto es algo inherente a su naturaleza... Sin embargo, en esta película, este enfoque ficticio gana un nuevo camino e invierte en una especie de "psicología inversa", distorsionando la Expectativas públicas con respecto al papel que debe desempeñar un superhéroe en la sociedad.

A propósito o no, la intención de los escritores gira en torno a un concepto único, que es simple y directo: promover una inversión narrativa total en la clásica historia de Superman. Todos lo conocen como un superhéroe justo e incorruptible, pero la idea en esta película es presentar una versión más joven de lo que podría haber sido (si hubiera ido al revés) y cuáles serían las posibles consecuencias de sus elecciones. A pesar de todas las similitudes que se encuentran dispersas en varias escenas, el guión tiene varios aspectos que descartan estas comparaciones y quizás la más fuerte de ellas es la sustitución del bien por el mal.

La idea de entrar en conflicto con el mundo y la naturaleza de un superhéroe con lo que podría ser su lado controvertido y hacer esto a su nueva identidad (algo similar a una mezcla de inestabilidad y perversidad junto con un hambre incontrolable de poder) es la argumento más sólido que existe en el script, pero esta ejecución no es tan clara en lo que se ve en la pantalla e incluso si todo indica este camino (algo que el script intenta constantemente hacer, pero siempre termina deslizándose en sus buenas actitudes)... Ni los conflictos ni la naturaleza del malvado prodigio son explotados de una manera realmente convincente.

Absolutamente nada en esta película es justificable y aunque existen argumentos que de alguna manera se esfuerzan por tratar de hacer viable toda la surrealidad en la que se construye la trama, las explicaciones no son suficientes para dar credibilidad a la historia. La película comienza accidentalmente (con la caída de una especie de ovni, que es muy discreto y hace esto para crear un aire de suspenso a la narrativa), termina de una manera muy pretenciosa (como si estuviera coqueteando con la moral y con ética a través de un final no concluyente) y deja un campo abierto para varios tipos de interpretaciones sobre el futuro del antagonista.

El gran problema en el medio de todo esto no es crear un comienzo bien estructurado. De hecho, todo es demasiado superficial y la mayoría de las transacciones argumentativas suceden casi como magia, basadas en eventos vacíos que no apoyan la narrativa. El resultado de esto es un desarrollo que, a pesar de ser rápido, es lento y no tiene fuerza la base para mantenerlo funcionando como debería. El poder del guión se está agotando con cada nuevo intento de crear algo diferente y querer ofrecer una conclusión pseudo-filosófica a un tema que no recibe ningún tipo de anticipación a lo largo de la proyección es al menos incorrecto.

Elizabeth Banks, David Denman y Jackson A. Dunn al frente de un reparto problemático tampoco ayudan a retener la atmósfera que el guión quería crear. Sus actuaciones son apáticas y se basan en emociones mecánicas (aquí no hay término medio ni linealidad... su trabajo tiene un nivel realmente promedio en todos los sentidos), creando un notorio proceso de "robotización" que además de ser a veces algo somnoliento, también interfiere directamente con la fluidez de una narrativa que solo puede acumular un conjunto robusto de decisiones equivocadas a lo largo de su viaje.

Por otro lado, David Yarovesky demostró un cierto poder persuasivo para transformar un guión desordenado en algo más organizado con su visión del papel de director, pero eso no lo hizo cometer algunos errores y la falta de audacia para aprovechar la ventaja. Los mejores momentos de la película y su transformación en algo más oscuro e intenso sucede varias veces, frustrando la expectativa de la audiencia de presenciar escenas más impactantes (que de hecho existen, pero se reducen a unos dos o tres momentos en los que la violencia alcanza un mayor grado explícito).

Incluyendo otras películas en su paquete de comparación (algo que termina convirtiéndose en un problema porque evita que la película adquiera su propia personalidad), El Hijo suena como una forma interesante de "reescribir" el pasado de un superhéroe, pero eso no es más que un intento de ofrecer al espectador una nueva perspectiva (que, de hecho, tiene una producción muy cuestionable en términos de calidad técnica) en un segmento que ya es tan conocido, pero debido a que está mal ejecutado, termina haciéndolo olvidable.

Sinopse: As orações de um casal são aparentemente respondidas quando um objeto cai na Terra, carregando uma forma de vida que se parece com um menino. À medida que os anos avançam e a criança descobre suas origens, ele passa a usar seus poderes misteriosos de maneira sinistra e destrutiva, transformando todos ao seu redor em presa.

Geralmente, os super-heróis são aclamados por motivos bastante óbvios: eles representam a personificação do bem em sua forma física e carregam consigo à missão de lutar contra todo e qualquer tipo de mal que traga algum tipo de ameaça para o lugar onde eles vivem (e para o planeta, de um modo geral). O combo "proteger" + "servir" está na lista de prioridades e isso é algo inerente à natureza deles... Porém, neste filme, essa abordagem fictícia ganha um novo caminho e investe em uma espécie de "psicologia reversa", distorcendo à expectativa do público em relação ao papel que um super herói deve ter perante à sociedade.

Propositalmente ou não, a intenção dos roteiristas gira em torno de um único conceito, que é simples e direto: promover uma total inversão narrativa na clássica história do Superman. Todo o mundo o conhece como um super-herói justo e incorruptível, mas a ideia neste filme é apresentar uma versão mais jovem do que ele poderia ter sido (se ele tivesse seguido um outro caminho) e quais teriam sido as possíveis consequências de suas escolhas. Apesar de todas as similaridades que estão espalhadas em várias cenas, o roteiro tem vários aspectos que afastam essas comparações e talvez, a mais forte delas a substituição do bem pelo mal.

A ideia de conflitar o mundo e a natureza de um super-herói com aquele que poderia ser o seu lado controverso e fazer isso à sua nova identidade (algo semelhante à uma mistura de instabilidade e perversidade aliada a uma incontrolável fome de poder) é o argumento mais sólido que existe no roteiro, mas essa execução não fica tão clara no que é visto na tela e mesmo que tudo indique para esse caminho (algo que o roteiro tenta fazer constantemente, mas sempre acaba deslizando em suas boas atitudes)... Nem os conflitos e muito menos à natureza do garoto prodígio do mal são exploradas de uma maneira realmente convincente.

Absolutamente nada nesse filme é justificável e apesar de existirem argumentos que de alguma forma se esforçam para tentar viabilizar toda a surrealidade na qual à trama vai sendo construída, as explicações não são o suficiente para dar credibilidade a história. O filme começa de forma acidental (com a queda de uma espécie de OVNI, que é bem discreta e faz isso para criar um ar de suspense à narrativa), termina de uma maneira bem pretensiosa (como se estivesse flertando com a moral e com a ética através de um final inconclusivo) e deixa um campo aberto para vários tipos de interpretações sobre o futuro do antagonista.

O grande problema no meio disso tudo é não criar um início bem estruturado. Aliás, tudo é raso demais e a grande parte das transações argumentativas aconteces quase como um passe de mágica, apoiando-se em acontecimentos vazios e que não sustentam à narrativa O resultado disso é um desenvolvimento que apesar de rápido, é lento e não tem força o basante para se manter funcionando da maneira como deveria. O poder do roteiro vai sendo drenado à cada nova tentativa de criar algo diferenciado e querer oferecer uma conclusão pseudo-filosófica para um tema que não recebe nenhum tipo de atenção ao longo da projeção é no mínimo errado.

Elizabeth Banks, David Denman e Jackson A. Dunn à frente de um elenco problemático também não ajuda a fidelizar o clima que o roteiro tanto quis criar. Suas atuações são apáticas e pautadas em emoções mecânicas (não existe um meio termo ou uma linearidade aqui... o trabalho deles tem um nível realmente mediano em todos os sentidos), criando um notório processo de "robotização" que além de às vezes ser algo sonolento, também interfere diretamente na fluidez de uma narrativa que só consegue acumular um robusto conjunto de decisões equivocadas ao longo de sua jornada.

Por outro lado, David Yarovesky demonstrou um certo poder de persuasão em transformar um roteiro bagunçado em algo mais organizado com à sua perspicácia na função de diretor, mas isso não fez com que ele também cometesse alguns erros e a falta de ousadia em se aproveitar dos melhores momentos do filme e transformá-los em algo mais sombrio e intenso acontece várias vezes, frustrando a expectativa do público em presenciar cenas mais impactantes (que de fato existem, mas se resumem a uns dois ou três momentos onde a violência atinge um grau mais explícito).

Incluindo outro filmes em seu pacote de comparações (algo que acaba se tornando um problema porque impede que o filme adquira à sua própria personalidade), Brightburn: Filho das Trevas soa como uma maneira interessante de "reescrever" o passado de um super-herói, mas que acaba sendo não mais do que uma tentativa de oferecer ao telespectador uma nova ótica (que inclusive, é tem uma produção bem questionável em termos de qualidade técnica) sobre um segmento que já é tão conhecido, mas que por ser mal executada acaba se tornando esquecível .