Es hora de caminar, moverse; quitarse el polvo de la calle, llorar y enterrar a nuestros muertos y clausurar los cementerios. Es hora de dejar el sudor frío, dejar que se calienten nuestras venas ante el grito del inocente que llora y muere de pena. Es hora de despertar la noche que como lobo nos espera, arañar la luna dormida, que más nunca será inocente. Es hora de ahogar a las multitudes, aunque la multitud sea una sola persona y tenga en el rostro la mueca del miedo.

[Foto de mi autoría*]

¿Qué hora es?

Es hora de ladrarle a los perros, morderle el rabo al diablo, matar la inconciencia del que guardó la esperanza y jamás la usó. Es hora de traspasar la línea que nos han trazado, tirar abajo el castillo de naipes, apartarse del paredón, ser el azote de los huesos de aquellos que nos han mantenido en cautiverio y aunque estemos adentro, detonarles el corazón. Es hora de darnos cuenta que poco hemos hecho desde la postura cómoda del simple espectador.

[Foto demi autoría*]

¿Qué hora es?

Es hora de concluir aunque no hayamos comenzado nada, sin esperar el aplauso, bajar el telón. Es hora de organizar la salida, cerrar la casa y salir a la calle como quien sabe que al miedo se le vence, si se le mira a los ojos. Es hora de asfixiar la alegría caducada que se quedó varada en el refrigerador, guardar la bandera blanca, las manos en los bolsillos para que no las extienda y te conviertas en un traidor. No es hora de diálogos, de fotos cómplices ni de posturas inocentes. El abracadabra no funcionó.

[Foto de mi autoría*]

¿Qué hora es?

Es el momento. La espera se acabó.

HASTA UNA PRÓXIMA LECTURA, AMIGOS

*Todas las fotografías fueron tomadas y trabajadas con mi celular Blu C4CO5Ou. Android dua