Fuente

Cuando seas de nuevo viento…

Vagaré por tu cuerpo

y no me verás.
Masticaré desiertos de carne
y solo prevalecerá la intención del trueno,
la pesadez del corazón,
la descripción de una soledad prematura,
el bosque arrasado y sin ramas.

Me arrodillaré ante ti
porque tu llanto será un aleteo en mi ventana
y no verás que lloro también
mientras el crepúsculo tarda.

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Los árboles quietos

se aferran a la tierra en silencio.
Son un texto de despedida
con las páginas al viento.
Dentro de poco amanecerá
y el canto de los gallos
harán de este día un gran misterio
porque todos dormirán
mientras tú y yo
ante el aire de terciopelo
nos hacemos raíz,
quejido de insectos,
latidos perfectos.

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He venido a tejer la paz,

a exaltar cada una de tus palabras,
hacer pan adobado para tu boca,
enredaderas con mis pestañas.
He venido a intentar un paisaje,
olvidar los antiguos presagios,
guardar tu piel raída,
hacer que el cielo esté más cerca de tu árbol.

He venido nuevamente a ser viento,
mover ligeramente las cortinas,
atravesar este instante presente,
convirtiéndolo en polvo de llovizna.

HASTA UNA PRÓXIMA LECTURA, AMIGOS