Jesús, inquieto cinético
movió su alfil pensar
y en gesto redondo magnífico
labró en varilla aluminica
lo inquietante incesante
de su ingenio plástico.

Resulta que Ímber Sofía,
su amiga fundadora,
en geométrica insistencia
rescató la bola de las sombras.
La Esfera de Caracas yacía en depósito,
oculta, no como tesoro
sino como un peltre olvidado.

Luego de enroques imaginarios para la obra,
fue Alicia quien halló verde lugar para el naranja de Soto
que posaría junto al asfalto recurrido de Francisco,
teniendo 360 grados del León de Santiago.

La esfera posó única
entre la gente que de ella se enamoraba
y la que el alma le trató de robar,
pero fue la última esta
la que la volvió amasijo de guayas, sin metal ni color,
la que quitó el aluminio a la circunferencia
para dejarla castrada en lo cinética.

Una vez más,
el alma de Jesús regresó a las tinieblas,
a unas tinieblas donde él ya no podría ser
quien renovara el singular arte
de su arte exorbitante nómada,
pues, sus herramientas quedarían guardadas
tras emigrar a santo sepulcro.

Años sin ciclos pasaron,
la gente es la misma.
Al mando está un rojo pensar
para sacar del coma
al gran círculo ocre durazno.
Desde una Estancia lo intentan.

Pero es insuficiente el remedo,
no hay espejo en la densidad,
no queda igual el movimiento
ni el milimétrico espacio es igual

Jesús Soto quedó incompleto,
no es él el que posa ahí.
Sólo una parte de sí está encerrada
entre las siamesas varillas
que cuelgan al lado de Francisco
por insistencia de Alicia y Sofía
que redimieron al artista de lo inquieto

La esfera de Caracas mira hacia al Ávila,
hacia Altamira y a Caurimare,
mientras que la gente que no cambia
le roba de otra forma la semántica
que ya de por sí va incompleta.

Y claro que significa más en fotos,
aunque pesa menos en cultura,
porque aquel Soto que sigue incompleto,
se va descompletando mucho más,
mientras la gente viene y se va,
celebra su boda y graduación,
vende comida, bebe valor líquido.
Son otras formas de desvalijo
de la misma gente que es otra,
otra que se va llevando
los pocos pedazos que quedan
del auténtico venezolano Jesús.