Envueltos en Vinilo |

Antologías de buenos recuerdos son medicina.
Te escucho a lo lejos bajo el tono de la música que coleccionabas. Algo del vibrante soul de Ray Charles da el toque seductor a la atmósfera. Vinilo y una aguja son ahora mi droga, pero la favorita es tu imagen que me eleva a otras nirvanas.

"Well, I got a woman, way over town. Thats good to me, oh yeaah"

Aquel sonido particular de una época dorada sirve para que la piel se me erice y el ritmo nos envuelva. Alta fidelidad en la música y también en mi pensar fanático de tu ser.

Vuelo envuelta en las altas notas del saxofón y es inútil resistirme al folclore que se formará entre la tentadora melodía, tú y yo. Ahora entiendo a Ray que se inyectaba demonios de placer, porque yo en estos momentos consumo tu presencia y aspiro tu voz entre cortada, para disfrutar al máximo de esta comprometida realidad.

Bailamos abrazados, sueltos, libres, disfrutando música que fue prohibida, pero más clandestina es la pasión que sentimos al movernos al límite de esta tonada, con la que muchos, como nosotros, olvidaron las reglas y recordaron su complicidad.

Pecado hubo entonces y hay en este presente que nos une acerca las pieles y nos conecta las almas. Negarle a la gente un vicio, los obsesiona con aquello que le priva la libertad, y en este libre albedrío elijo poseerte como un abnegado capricho que me doy gusto de probar sin reprimendas.

El episodio culmina junto con nosotros, que estamos exhaustos, moviendo la pelvis al unisono aplauso que celebra el inicio de otro hit que nos gusta...

Hit the road Jack and don't you come back
No more, no more, no more, no more
Hit the road Jack and don't you come back
No more
What'd you say?