No me recuerdes. Poema

"Dos amantes" de Vincent van Gogh (1888) - Imagen del Dominio Público (Wikimedia Commons)

No me recuerdes, mujer; recordar es triste.
Tenme cerca y no presente en tu memoria.
Tenme siempre y no antes ni después
en un anhelo o un soplo de esperanza.
Ata mi pie al tuyo y bailemos;
tú me llevas; y si quieres, yo te llevo.

No me dibujes en la orilla
blanca de la playa lejana.
No pintes ilusiones en la arena
y que tu beso no se escape
en la ola que viaja hasta mi barco
halado por el horizonte.

Mejor que todo sea ahora;
que el ansia sea corta,
como aquella del ocaso
por la luz del día siguiente,
que transita por la noche
y apacigua.

Que nuestros pasos se sigan
y nunca se encuentren,
pues nunca han de volver
de donde jamás se han ido.
Que tu mano compañera vaya
siempre de la mía.

No me recuerdes; recordar es triste;
es imaginar el mar ausente,
que se vuelve anhelo con la brisa.