Una foto representa una vivencia. Una fotografía dice más que mil palabras. Este pequeño travieso, en su afán de andar trepando, se subió a un muro alto y su dueña, una señora mayor, no hallaba como bajarlo. A pesar de su insistencia y órdenes dadas por la dueña, se dio todo el postín para bajarse del techo.

Parecía complacido con las atenciones de quienes lo miraban. Entre gritos y risas finalmente se dio por vencido. Bajó tan calmado como siempre muestra su actitud. Más fue nuestra angustia que la del simpático y divertido gato.

Moría de risas al ver al pequeño de apenas un añito, caer y tratar de levantarse, de haber tenido una grabadora al momento no hubiese perdido la oportunidad.

se levantaba y caía de nuevo, sentado, de boca, hacia atrás, jajaja pero nada que dejaba de intentarlo. No pedía ayuda, fue valiente. Sus emociones variaban, a veces quería llorar pero a su vez, se contagiaba de risas.

Su mami muy cerquita de él lo estimulaba... ¡Vamos no te rindas, póngase de pie! ja,ja,ja y el niño caía de nuevo. Un gran momento para recordar los primeros movimientos motrices del pequeño Caleb, ese es el nombre del catire hermoso de ojos color ambar y cabellos brillantes como el sol-

dos momentos de la vida que sacaron carcajadas.

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