Un poco de tu propia medicina

La señora Yolanda estaba en la fila para pagar en un reconocido bodegón de la ciudad de Caracas, feliz porque consiguió la harina PAN a "buen precio" si te la llevabas con un frasco de mostaza dulce próxima a vencer. Delante de ella estaba otra señora un poco más mayor que ella con dos cestas full de productos.

Yolanda se prepara para pasar a pagar y cuando estaba sacando su billetera del bolsillo delantero de su buzo, se le cae al piso el billete de 50 dólares con el cual va a pagar. La señora que ya había pagado y que estaba retirándose, se da cuenta del hecho y se agacha a agarrar el billete. En ese momento, Yolanda en su pensamiento adulaba a la mujer y pensaba que aún existe gente buena en la vida.

Justo cuando la miraba a la cara sonriente mientras extendía la mano, la señora le dice sin ningún pudor: Lo que está en el piso es de quien se lo encuentra, y así nomás se volteó y se fue. Yolanda se voltea a mirar a las demás personas que hacían la fila, como queriendo conseguir respuestas ante tan terrible desplante de la señora.

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Le tomó un par de segundos reaccionar y con determinación decidió perseguir a la señora hasta el estacionamiento a donde se dirigía a subirse a su auto. Cuando la alcanzó la increpó pidiéndole explicaciones de su ruin comportamiento. Las personas de adentro del local salieron e hicieron una rueda alrededor de la señoras que discutían, más por averiguar el desenlace de la historia que por otra cosa, incluso algunos grababan con su celular.

AL ver que la señora seguía firme en sus alegatos y se negaba a devolver el dinero, Yolanda aprovechando el descuido de la señora cuando abría la puerta para guardar su compra, toma las tres bolsas con lo que había comprado la señora y se echa a correr mientras la gente que estaba afuera averiguando aplaudían en señal de apoyo a Yolanda.

Al llegar a casa, exhausta, se dedica a hacer el inventario de lo que había en las tres bolsas:10 kilos de carne, 5 de pollo, chorizos parrilleros, aceite de oliva, carbones, 1 kilo de pan, una botella de vino y 2 de gaseosas, sal parrillera y una cajetilla de cigarrillos, mucho más de lo que hubiese podido comprar con los 50 dólares que le robaron.