Dulce madre

Amo a la mujer honesta
que de mi pecho arranca
con mano suave y franca
su dulzura que presta.
Entre su pecho mi testa
escondido en su seno
su amor manifiesta
quitando el dolor ajeno.
Amo su voz sencilla
cuando estaba entristecido
besaba mi mejilla y
me decía: hijo querido.
Su voz hablaba a mi oído
con tono dulce y bajo
del sueño casi, vencido
hijo: la hora de tú trabajo.
Con el desayuno preparado y
su sonrisa de madre
tan solo queda el pasado
de la muerte de mi padre.
Con un beso me despedía
de la mujer que tanto amo
motivo de mi alegría
a cada rato la llamo.
Me casé con otro amor
pero, no olvido el primero
mi madre es como una flor
tan fiel y sincero.
Tengo un tercer amor
tres amores en mi vida
mí madre y mi esposa con honor y
mí preciosa hija querida.
Amo a la mujer
que de su vientre me dio la vida
no la dejo de querer
mi alma en ella anida.

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