No ser olvidado.

La importancia que tiene para las personas que las llamen por su nombre no es discutible, al final significa mucho no ser olvidado. Si, en efecto hay nombres complicados para pronunciar y también para escribir por lo tanto poner un poco de empeño en esto vale mucho porque de allí se desprenden buenas relaciones humanas, sumado al cambio de actitud que tiene la gente cuando es llamada por su nombre “Sr. Carlos” o “Beatriz” es amable, se siente valorado, por el contrario cuando dices mira tú el de la camisa azul que no recuerdo tu nombre es distinto, hay desanimo o descontento inmediatamente.

Anotarlo y repetirlo.

Muy buenas las técnicas mencionadas por el autor y que fueron aplicadas por varias personas como por ejemplo: Napoleón III, emperador de Francia que se tomaba su tiempo para entender el nombre de las personas y no olvidarlo, anotarlo y repetirlo me gusto. Así en el campo laboral es muy valioso conocer a los miembros de la organización y eso implica saber sus nombres, el cambio es grande en el comportamiento de las personas cuando son llamadas por su nombre, se sienten integradas, parte del equipo por lo tanto su desempeño es mejor.

Hay algo cierto, muchas situaciones hacen que ciertos nombres no se olviden nunca, me refiero cuando nos pasó una experiencia negativa con alguien o por el contrario una situación muy buena, ambos escenarios nos marcan o impactan y difícilmente olvidamos esos nombres.

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Como humanos que somos, hablo por mi algunas veces olvido el nombre de personas, sí tengo buena memoria fotográfica porque los rostros si los recuerdo; sin embargo trato cada vez mas de poner de mi parte y recordar siempre los nombres de las personas que conozco.